Histomagia

Buscan su camino

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La belleza de la ciudad de Guanajuato es indiscutible: jardines, calles, callejones, cerros, plazuelas, cuevas, la luces que iluminan su belleza nocturna, el viento que siempre acompaña esas noches, el frío… ese frío que a veces arrecia, que quiere llevarse, junto con el viento las malas rachas, el mal amor, el mal…sin embargo, no siempre es así, a veces, sólo a veces, el frío es augurio de que algo no anda bien, que algo está ahí, que algo nos visita…

Me cuenta mi hermana Aurora que cuando vivía en la casa de San José, no solo ella tuvo experiencias paranormales ahí, no fue así: a cuanta persona que la visitara u osara quedarse en esa enorme casa de tres pisos que cada noche se quedaba en completa oscuridad, le sucedía algo: le hablaban al oído, se les parecía el espíritu de un niño, los tocaban cuando subían las escaleras, escuchaban risas en los pasillos, se les perdían cosas… sí esa casa es y ha sido fuente de varias histomagias, pues al ser una casa antigua y cercana al Templo de la Compañía, el misterio de las apariciones y psicofonías, están presentes desde hace mucho tiempo.

Así que no es de extrañar que sus amigos Raquel y Hugo tuvieran una experiencia que, hasta la fecha, cuando mi hermana la cuenta, nuestra imaginación vuele, divague sin razón y llegue a ese lugar para ser testigos de lo que ellos vivieron una madrugada típica de Guanajuato: viento, frío y sonidos que se cruzan vertiginosos en los oídos aun estando solitariamente acompañados. Una madrugada en que regresaron de una de las fiestas estudiantiles que caracterizan la algarabía de esta mágica ciudad, llegaron directamente a descansar, Hugo tuvo a bien quedarse en el sillón del cuarto y Raquel en la cama, sólo los separaba un breve espacio, el cuarto no era grande y ambos muebles cabían estrictamente de esa forma; quienes han vivido en casas de estudiantes, saben que a veces se tiene que vivir así, como el casero dispone las cosas, y así era. Entre el ritual de cada noche antes de dormir, contaron algunas de las anécdotas de lo sucedido esa noche, las risas y los relatos se fueron callando poco a poco, pues el cansancio los venció, un haz de luz se filtraba por la ventana iluminando un pequeña parte de la habitación, el silencio se apoderó del lugar sólo para romperse en el justo momento en que Hugo, con voz casi imperceptible, le habló a Raquel, ella, en la duermevela, sólo atinó a responder con un ¿qué? en murmullo, Hugo le dijo con voz queda: “Raquel, ¿sientes cómo está bajando la temperatura?”, Raquel le dijo en voz baja que no , que era su imaginación… las palabras salían de su boca y dibujaban francamente un vaho de tan helada que estaba ya en ese momento la habitación, en la penumbra vio cómo Hugo le señaló ese vaho, esforzándose para ver mejor, inmóviles, ambos vieron como una extraña bruma gris hizo presa esa recámara, el frío se sentía hasta los huesos y fue entonces que sintieron que “algo” o “alguien” cruzó de la puerta a la pared en la que estaban recargados un brazo del sillón y la cabecera de la cama, dice Aurora que sus amigos le contaron que vieron entre esa bruma gris una sombra enorme negra, que absorbía todo haz de luz, la sensación era de una energía pesada, que sólo pasada por ahí, que solo buscaba un canal de energía, de los tantos que hay en la ciudad, para seguir su itinerario infinito. Estupefactos, ambos no daban crédito a lo que veían, sólo atinaron a verlo pasar desde sus respectivas soledades inmóviles, pues están seguros que eso no pudo o no quiso verlos.

Dicen los que saben que la ciudad está llena de pasajes y pasadizos que de manera física cruzan debajo de las diferentes iglesias, y que incluso se conectan, pues eran las rutas de escape de los cristeros, cuando los sacerdotes eran perseguidos por no dejar sus creencias católicas, pero también nos dicen que hay muchas almas que buscan sus caminos espirituales vagando por toda la ciudad y que no se necesitan túneles construidos por la mano del hombre, sólo se necesitan campos de energía que los guían de una a otra dimensión. ¿Quieres conocer ambos túneles? Ven, lee y anda Guanajuato.