Epidramón

EL ENCIERRO, ESTÁ DE PELOS

Compartir

Cómo están amigos cuarentenos, aquí todos somos iguales, ni generación X, ni milenials, ni fifís, ni chairos, tampoco jóvenes ni viejos; todos somos cuarentenos, al menos así debemos conservarnos y, bueno, para no aburrirnos buscar tareas en la casa de las tantas que podemos realizar, algo de fontanería, de electricidad, cocina, por qué no aprender a tejer o a bordar, muchos de nuestros artesanos realizan verdaderas obras de arte y bueno tantas cosas por hacer, como cortarse el pelo. Esto me hizo recordar a las peluquerías de mi niñez, como la del “Picas” en Cantarranas, la de los famosos viejitos los “Tilines” en la calle Luis González Obregón, y recuerdo una frente al bautisterio, y otra más como la de Don Juan, frente al inolvidable Cine Reforma y una en el Jardín Morelos o del Minero o Reforma o ya no sé cómo llamarla si Martí o Gandhi. No podían faltar los famosos “Gallos” que hasta la fecha y con varios de sus pollitos en diferentes gallineros siguen pelándonos. Pero bueno, en estos tiempos de encierro, es necesario explotar diferentes habilidades que se pueden dar y ¡¡a la carga!! Que me compro mi máquina para cortar el pelo y manos a la obra, aprovechando que pues está uno encerrado y hay tiempo de aprender un oficio que siempre estará vigente. Aclaro que no será para hacer competencia, para que no tiren picotazos esos Gallos, o ¿por qué no?

Solo, me corté el pelo

Los gallos tienen cerrado.

No deben sentir celo

Quedé igual de trasquilado.

Un saludo a todos los que cumplen con este oficio; espero nunca se sientan toreros.