El espacio de Escipion

Y después de la pandemia del #coronavirus, ¿qué sigue?

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Felipe León López

Si tomamos en cuenta que México está siguiendo un comportamiento similar al de España en cuanto a la detección, contaminación y muertes por el Covid-19, es previsible que la pandemia se convierta en una de las peores crisis de salud pública al que nos hayamos enfrentado.

La evolución del virus Covid-19 en México, según las autoridades de la Secretaría de Salud federal, ha ido de muy bajo a prácticamente triplicarse en menos de dos semanas, alterando no sólo la capacidad de respuesta de las instituciones sanitarias del país sino la vida cotidiana: la educación, lo laboral, la movilidad, las relaciones personales y, por supuesto, la economía.

Por supuesto, este asunto no está tomando por sorpresa a los responsables de las tomas de decisiones para que no sólo actúen reactivamente sino que desplieguen políticas públicas anticipatorias y amainen el impacto multisectorial que estamos observando y padeciendo.

Hasta ahora, todos los ejercicios de prospectiva a nivel mundial hablan de un impacto de gran magnitud porque es una pandemia que, si bien no debía ser un virus de alta peligrosidad, sí de expansión acelerada que ha colapsado el sistema de salud de Italia y ahora de España, Alemania, Estados Unidos y Gran Bretaña.

Los efectos para México también son de alta preocupación porque más allá de las defunciones que se registren y los evidentes errores en la campaña de prevención y difusión:

  1. Sistema de salud federal y la capacidad de los sistemas estatales en riesgo de quedar rebasado en un corto plazo, porque los pacientes de coronavirus tendrían ocupada la planta hospitalaria y la plantilla de médicos y enfermeras dejando de lado otras emergencias sanitarias; además de que se hará mayor patente la crisis no resuelta de falta de medicamentos y de recortes presupuestales.
  • Turismo en crisis, que a nivel nacional sería de entre 3 y 5% del Producto Interno Bruto (PIB) por el momento, lo cual se está reflejando en el cierre parcial de la frontera con EUA, la cancelación de vuelos EUA-México y México-EUA, y el anuncio también de cancelación de vuelos Europa-México. 
    • Hasta ahora no hay un cálculo del impacto que tendría en la industria restaurantera y hotelera el que se tenga que implantar medidas restrictivas temporales y hasta “toques de queda” para prohibir la movilidad del turismo local y foráneo.
  • Cadena de suministros limitada, por lo que la distribución de mercancías y personas estaría restringida y con sus consecuentes problemas de desabastecimiento, afectando a las ciudades medias y poblaciones más alejadas de los centros de distribución de insumos de todo tipo (materias primas, alimentos, bebidas, medicamentos, entre otros). 
  • La caída de las remesas, afectadas por el cierre de fuentes de empleo para migrantes en EUA y el cierre de algunos consulados mexicanos. La tendencia positiva que tuvo durante años pasados, ahora será negativa. Se calcula una disminución de alrededor del 3% —conservadoramente— pero podría ser mayor. Los más afectados por el declive de las remesas serían México y Centroamérica. El año pasado, las remesas enviadas a México sumaron $36,000 millones, un aumento de 7% en comparación al 2018.
  • Probable incremento de repatriación de migrantes. Hasta ahora, la Secretaría de Relaciones Exteriores sólo reconoce 153 mexicanos repatriados por el coronavirus en EUA pero la cifra podría ser mayor. Sin empleo y con una crisis de coronavirus descontrolada, EUA podría acelerar la deportación de mexicanos ilegales, toda vez que si no hay empleo no quieren correr riesgos de que se dediquen a delinquir para solventar sus gastos y enviar dinero a sus familias. En México, de hecho, situaciones como xenofobia hacia centroamericanos, está apenas asomándose.
  • Militarización de las instituciones de salud. Esta semana, el presidente de la República anunció la preparación del plan DN-III como medida extrema para ayudar al plan contra el coronavirus. Aunque el gobierno de México no quiera implementarla, este tipo de medidas ya son un hecho en varios países como España, Italia, GB, Alemania, EUA, Perú, Argentina, Colombia y Chile.
  • La restricción de derechos individuales consolidados democráticamente como el derecho de movilidad social y asociación, el derecho de reunión y otros muchos, será motivo de muchas críticas y hasta resistencias. Con la tradición de agitación de grupos radicales en varios puntos del país -y muchos de ellos cada vez más alejados de la llamada 4T-, no se dude que esta medida genere no sólo recelos sino hasta eventuales confrontaciones por la “militarización sanitaria”.
  • Sociedad civil reactiva y crítica. La escalada de problemas para el gobierno mexicano están colocándolo en un declive en las encuestas, pues todos los estudios registran una caída la popularidad del presidente de la República, que si bien controla la agenda setting no así la aceptación ni la credibilidad de sus informaciones y ese punto es lo que más debería alertarlos, porque no son sólo las “fake news” las que los desgastan sino la desconexión con el subconsciente colectivo.
  • Las movilizaciones feministas, las ejecuciones vinculadas al crimen organizado, las denuncias por la corrupción y negligencia en Pemex, la resistencia por las obras emblemáticas como Santa Lucia, Dos Bocas y Tren Maya, han sido motivo de críticas de ciudadanos y la iniciativa privada. Ahora con el coronavirus, ha sido la IP la que marcó la pauta, llamando a tomar en serio la amenaza, a informar internamente a sus empleados, a promover el home office y a llamar a la población a desconfiar de la información oficial para ellos asumir un papel más proactivo.
  • Un grave error es acusar de complot a medios y periodistas adversos en lugar de convocar a la unidad, a cerrar filas y a mantener una línea de comunicación para enfrentar una crisis de salud pública global.  
  • Impacto a una economía en crisis. Para el gobierno mexicano, la contingencia por el coronavirus no es una señal positiva, toda vez que el precio del petróleo, la atracción de inversiones extranjeras y la confianza en el país están en números negativos se habrían convertido en la “tormenta perfecta”. Los pronósticos de crecimiento para México reflejan una situación poco alentadora para todos.
  1. Economía popular en riesgo. La actuación del gobierno federal y algunos estatales respondieron por una necesidad a proteger la economía popular, a los productores y comerciantes en pequeño, que son sin duda los más afectados ante una parálisis total de actividades, pero las condiciones son de alto riesgo por un contagio masivo, por lo que están siendo obligados que todos los ciudadanos acatemos la sana distancia.

En este momento, México y el mundo obligan a una responsabilidad ética, colectiva e individual, parafraseando a Pablo Blázquez. Todos estamos obligados a actuar con prontitud y colaboracionismo, pues después del coronavirus nada será igual. Es menester de autoridades reconocer la circunstancia actual de la pandemia, así como afianzar los liderazgos para los que fueron electos democráticamente por los ciudadanos. Y, en ese sentido, también poner los cimientos para que inicien los trabajos de un gran gabinete de crisis para atender las demandas sociales que estallarán una vez que pasemos las fases de contención sanitaria.