Darwin y Thanos contra la resilencia #Covid19

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Felipe León López

(historias y reflexiones en torno al COVID-19)

Thanos, el personaje de Marvel, está muy citado en estos días de la pandemia para reciclar las teorías Mathusiana y Darwiniana de la regulación de población en el mundo. No se ría, hay quienes dedican no sólo ensayos sino libros analizando estas tesis.

¿Cuántos muertos por #Covid19 han caído realmente? ¿Está sirviendo la pandemia actual para regular el crecimiento poblacional, el deterioro del planeta o estamos en el preámbulo de un nuevo tipo de humanidad (el “resilente”)? ¿Estamos aprendiendo o vamos a darle la vuelta, como otras ocasiones, a las crisis pandémicas que amenazan con nuestro fin?

Foto: mashable.com

Los conspiracionistas apuntan, como Thomas Malthus había anticipado, que los recursos naturales y, por ende, de alimentación, son escasos para atender a la población que creció más allá de estos recursos, por lo cual una “mano sabia” con un tris de sus dedos, tipo Thanos, creo al virus para contener y reducir el crecimiento poblacional y su loca carrera destructiva del medio ambiente y de los alimentos para su propia sobrevivencia.

La resilencia es la capacidad de adaptarse en medio de las crisis, nos están repitiendo por diversos medios en estos días. Pero pocos entienden o hacen lo posible para llevar a las personas a asumir nuevas responsabilidades:

  1. La gente del poder, por ejemplo, ya están pensando más en el siguiente proceso electoral que en cómo resolver el grave desafío social y de seguridad que habrá de enfrentarse una vez que constaten en propia piel el enojo por el desempleo, por la pérdida del patrimonio, por la pérdida de familiares y, sobre todo, por la pérdida de confianza en ellos.  La confrontación en redes sociales; “el lavado de manos” entre autoridades para la conducción unificada de la fase crítica a la fase de reanudación de actividades; la reanudación de las giras presidenciales y las marchas contra el gobierno, más otras cuestionables acciones políticas, simbolizan la irresponsabilidad colectiva y ejemplos de que no estamos aprendiendo nada, justo cuando estamos entrando a una de las peores crisis económicas de los últimos lustros.
  • Los gobiernos locales, comerciantes, empresarios y empleadores en general están preparando el regreso basados más en sus intuiciones y no asesoría profesional les diera los procesos correctos a seguir para su reactivación y continuidad. El ejemplo claro está en la imagen que circuló en días pasados de un vuelo de Cancún a la CDMX donde la aerolínea llevaba lleno total, sin espacios, sin protocolos de sanitización y sin cuidar al pasajero. En otras entidades, vemos imágenes de autoridades que rocían con cloro, pinol o alcohol espacios públicos para dar la idea de que limpian de bacterias y virus.
  • El sector educativo está a punto de colapsar porque la cuarentena prolongada demostró que nunca estuvimos preparados para la educación en línea, para educación teledirigida ni para nuestros educadores tengan metodologías ni educandos la cultura de la atención para un aprendizaje efectivo. Peor aún, estamos viendo que la cobertura de internet a todos los rincones del país es ahora más que nunca una necesidad y requiere una decisión de Estado, porque las telefónicas ni las empresas estatales como CFE tienen idea para cuándo llevar este servicio a todo el país. Hay lugares que ni siquiera son lejanos de ciudades y no tienen internet o llega de manera deficiente.

Charles Darwin, otro multicitado en estos días, apuntó al respecto que “las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio». 

¿Qué deberíamos estar haciendo para sobrevivir y adaptarnos a la nueva realidad? En este momento lo único cierto es que la recuperación tardará mucho, porque ni siquiera la vacuna contra el covid19 podrá contener que se reactive la pandemia en meses siguientes. La otra realidad es que el mundo no puede seguir detenido sin darle continuidad a las actividades productivas.

Por eso es fundamental que, para sobrevivir y adaptarse a la nueva realidad, sociedad, gobiernos, organismos privados y públicos, tengan que operar en varias líneas de acción además del diseño de una política social radical, responsable, de Estado y sin corrupción, una nueva política económica que aglutine el interés de todos los sectores productivos, sociales y económicos. Los llamados a acuerdos de unidad nacional, de convergencia de acciones y de concordia entre todos los integrantes de la sociedad, no son gratuitos, hay quienes advierten riesgos de alto impacto si no caminamos en ese sentido.

Por el lado de las acciones que competen a gobiernos, organizaciones públicas y privadas, las tareas para regresar a la “nueva normalidad” podrían estar en a) desarrollar todos los protocolos para la nueva fase de reactivación, empleando no sólo la intuición sino nuevas tecnologías de la información y comunicación (NTIC), así como de la “inteligencia artificial” para conducir a la gente a respetarlos; b) supervisar el distanciamiento y el estado de salud de cada persona, por lo que el Estado debe desarrollar políticas públicas que obliguen a laboratorios y droguerías a bajar precios, así como a promover a desarrolladores de tecnología de “inteligencia artificial”,  de “video-analitycs” o “industria 4.0” para detectar, contener y conducir correctamente la salud de las personas y la limpieza de los espacios; c) apoyar la ciencia y la tecnología si son gobierno con políticas específicas, sino son privados, apostando por la inversión en ello.

Parecen fáciles y obvias las sugerencias, pero implica, primero, romper la resistencia de que el mundo no es el de antes y que sí, sí podemos estar en la antesala de lo que Malthus y Thanos querían para la humanidad.

Twitter: @FelipeLeonLopez

Contacto: felipe.leon@escipion.com.mx