Histomagia

LEVITANDO

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Pasear por las plazas de la ciudad es uno de los placeres cuando visitas Guanajuato. La Plaza de la Paz es emblemática y tiene a un lado La Basílica Colegiata. Hay otras plazas como La Allende, San Roque, San Fernando y El Baratillo, entre muchas más. En todas ellas han sucedido casos y cosas paranormales que incluso los que viven aquí no pueden creerlas. Virago, mi amiga, me cuenta que tiene una compañera de coro que ha vivido mucho tiempo en una casona que se encuentra en El Baratillo.

Ella cuenta que en esa casa cada noche, desde que ella tiene uso de razón, ha escuchado que alguien con tacones altos entra a su cuarto, oye cómo los pasos se acercan lentamente y camina hacia su cama, se queda de pie a un lado de ella, observándola dormir; ella lo sabe porque siente esa horrible mirada además de oír el sonido de su respiración afanosa y que alguna veces se acerca tanto a su rostro que siente el vaho en su piel. Ella no ha hecho nada para correrlo de la casa, pues piensa que ese ser habita allí por alguna razón, y dice que ella no quiere mover más energías de las que ya hay en esa casa, porque si así siempre pasa que las luces se prenden cuando no hay nadie, no quiere imaginar lo que podría pasar y pasarle a todos ahí.

Por lo pronto, esta chica le contó a Virago que ella también sabe historias de esa recámara que sustentan sus creencias de no hacer nada para retirar a ese ente.  Le dice que en el cuarto donde ella se duerme, hace muchísimos años, su abuela dormía ahí, en esa misma cama, y que siempre por las noches veía espectros que movían cosas, no como poltergeist, sino que los objetos levitaban y regresaban a su lugar como si nada.  

Así que años después, cuando su mamá y su tía eran niñas, a su tía era a la que le correspondía ese cuarto y desgraciadamente le tocó vivir estas experiencias. Lo que su tía a la fecha no sabe –porque no se lo han dicho–, es que varias veces la encontraban levitando en la noche por toda la recámara; todos pensaban que era por el ser que la movía y desplazaba por las paredes o el techo como mostrándole a los habitantes que él mandaba, y pese que nunca hicieron ni han hecho nada de magia ni de ritos para quitarlo de esa casa,  fue hasta que movieron la cama de lugar que su tía dejó de levitar. Hasta la fecha, aún siguen pasando cosas raras para las demás personas, pero para ellos es tan común que ya no les causa temor alguno.

Esta ciudad es magia, fantasmas, y vida después de la muerte; si quieres conocerla, ven, lee y anda Guanajuato.