Histomagia

ELEMENTALES

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Guanajuato está de lluvias. Esta semana los ánimos calurosos han descendido dada la frescura que trae consigo el agua, la oxigenación de los rayos, relámpagos y centellas. Y sí, la vida sin agua es una de las más deprimentes. Me dice mi amigo perito, que si no llueve, el índice de asesinatos y violencia se acrecienta. Si es así, bendito Dios que llueve, pues el agua es vida, es fluir, es poder seguir adelante, pues llega para regar los árboles, los sembradíos, para tener agua, fruta, verdura, en nuestras casas, y poder usarla de manera responsable, claro está.

Siempre que llueve, mi hijo, Alex, sale a recibirla, sea la hora que sea, luego que deja de llover de inmediato se mete a bañar. Este ritual lo ha hecho desde que era un niño pequeño, esa fue la manera de quitarse el miedo a los truenos que acá, en esta zona de campos, se dan y bien.

Me cuenta Alex que estaba disfrutando de la lluvia cuando vio entre los árboles algo que corrió de árbol a árbol, pensó que sería uno de nuestros gatos, se acercó y fugazmente vio a una personita pequeña, vestida de verde, fue solo un instante que alcanzó a verlo pues en segundos se esfumó -literalmente- lo alcanzó a ver perfectamente en la penumbra de la tarde noche que recibía también la copiosa lluvia que por fin llegó, en verdad en Guanajuato, la esperábamos. Sin dar importancia al hecho, Alex entra a la casa y se mete a bañar. Cuando sale de su ducha, es el momento en que me cuenta lo sucedido, extrañado. Por la ventana, ambos, intentamos ver otra vez al gnomo, pues dada su descripción, sin duda lo es. Estuvimos un rato, sin éxito. Pero en verdad, Alex jura que sí tuvo ese encuentro.

Los que saben dicen que los elementales son seres que son de la tierra, de este planeta; son de la tierra que tocamos y usamos para siembra, son de las montañas, de los árboles, del agua, del aire, del fuego, los cuatro elementos son controlados por ellos. Hacen su magia para mantenerse alejados de los humanos, y rara vez se le presentan a uno, excepto si quieren algo de la persona, de plano por accidente, o si el talento de ver a estos eres lo tiene una persona; se dice que el hijo descendiente de un séptimo hijo tiene esa conexión mágica con el todo, y creo que en este caso fue así; yo soy séptima hija y Alex mi único hijo.    

Tal vez ya sea hora de reconocer que no estamos solos en este planeta, que los cuatro elementos que nos conforman son fuerza, alma y destino, pues la posibilidad de que las ondinas (agua), los gnomos o duendes (tierra), las sílfides (aire), y las salamandras (fuego), y las hadas que son descendientes de un ser de elemento tierra y otro de elemento aire, aunque sea mínima, existe. Ellos nos rodean, es hora de saberlos, de respetarlos y de pedir su sabiduría ancestral. ¿Quieres conocer este lugar mágico?, ven, lee y anda Guanajuato.