El Laberinto

El fin y el inicio

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Llegar al final de algo, puede representar diversas emociones: si es de un problema que nos trajo en vilo se siente un alivio; si es de una dicha o de un suceso muy esperado automáticamente llega la nostalgia, pero también la alegría; si se requiere de nuestro esfuerzo para llegar se siente satisfacción, pero si se termina por nuestra apatía  puede representar frustración o impotencia, existen también los finales inevitables, las situaciones que por su propia inercia son insostenibles y con esos solo queda apechugar y pensar que el fin de algo, no necesariamente representa el fin de todo.

A veces se llega al final al mismo tiempo que al comienzo, que es el caso de la cuenta del tiempo, que sabemos que se mueve sin necesidad de que la empujemos, ajena a nuestra existencia o deseos y entonces la ponderamos de acuerdo a la cantidad de hechos y experiencias que logramos atiborrarle, como si una maleta valiera más porque le entran una mayor cantidad de cosas, que a lo mejor  no necesitamos. Como si no pensáramos que justamente después de llenarla tendremos que cargarla, se nos presiona para hacer, para tener, para triunfar y para ser felices y pareciera que todo lo que ocupamos para sanar, descasar o procesar las tristezas es tiempo muerto y por lo tanto nos genera angustia y culpa y no, no debería ser así, todo, incluido nosotros necesita mantenimiento.

Este año ya se va y a diferencia del anterior, tan insípido y paranoico, ahora  no siento aun las uvas de los deseos atoradas en la garganta, es más: siento como si hubiera vivido muchos años en uno, como cuando el agua de una presa se acumula demasiado tiempo y después sale sin control con velocidad y arrasa con todo, supongo yo porque a nivel global nos adaptamos a las nuevas circunstancias y aligeramos nuestra carga de cuidados en pos de seguir, de vivir.

Así es esto de moverse, se dejan muchas cosas atrás pero siempre te encuentras con nuevas adelante, en estas condiciones, bastante valioso es llegar al final. Feliz Inicio, queridos lectores, que todo pinte para mejor.