El espacio de Escipion

Política frívola es mala política

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¿Qué es una persona frívola? Responde el Dr. Google que: “se califica como frívolas a las personas que adoptan conductas ligeras y superficiales. La frivolidad suele ser asociada a la estupidez o a una forma de inconciencia. La persona que es frívola no se compromete con la realidad y se limita a quedarse con lo banal”.

Así de sintético y concreto para describir a una parte de nuestra clase política que usa y abusa de la frivolidad. Porque si bien es un fenómeno antiquísimo en las formas del poder político, en los últimos lustros es el deporte favorito y tentador en la política contemporánea. No es nueva, ni siquiera se sabe quién la inició y menos quiénes van a terminar de sepultarla.

Yo frivolizo, tú frivolizas, ellos frivolizan, todos frivolizamos alguna vez, porque la frivolidad ayuda para amortiguar situaciones críticas o dramáticas, o para ocultar detrás de ella las verdades más terribles o para que las decisiones controversiales, duras y lastimosas no duelan tanto, pues actúa como un mecanismo de autodefensa.

Pero en el caso de la política, como un show grotesco de tragicomedia, los políticos frívolos y sus familiares cercanos, abusan del poder y de la frivolidad, y marcan con ello su estilo personal de gobernar. Pasó en la época de Gustavo Díaz Ordaz y sus relaciones extramaritales con Irma Serrano, “La Tigresa” —a  quien por cierto el PRD la hiciera senadora de la República —, o las excentricidades rocanroleras de su hijo Alfredo, cuyos caprichos incluyeron no sólo formar grupos musicales, ligarse a adolescentes de la televisión comercial sino traer a los mismos «Doors”.

Ni qué decir de los excesos, muchos, de la señora Carmen Romano de López Portillo, quien durante las giras presidenciales de JoLoPo por el mundo, no salía sin su piano de cola larga y su perrito, y si no podía entrar el dichoso aparato musical por las puertas del hotel, ahí tenía al Estado Mayor Presidencial para romper paredes y cumplirle sus caprichos.

¿Y qué tal el sexenio más frívolo y corrupto de la época contemporánea, cuando los hijos e hijastros de Vicente Fox, la esposa y hasta ex marido de ésta abusaron de excentricidades y frivolidades en su paso por el poder presidencial, sin que hasta ahora extrañamente la 4T haya indagado más a fondo de los excesos de esta familia y sus amigos y su nada extraña acumulación de riqueza?

Excentricidades y frivolidades han acompañado nuestra historia, como lo relata el estupendo libro de Sara Sefchovich en La Suerte de la Consorte.

Sin duda, un poco de frivolidad entre los políticos es una estrategia para recurrir a ésta cuando sea necesaria; y quizás les ayude como táctica narrativa para mantener la cordura y la distancia de temas que sean críticos.

Pero, cuidado, porque en años recientes, los frívolos tienden a ganar adeptos y a llegar a dañar la democracia y cualquier intento por una ciudadanía madura y crítica. Porque, por una parte, hay una irresponsable ligereza con la que se toman temas delicados de gobierno o la agenda pública, todo con el fin de sus intereses partidistas y los manuales de marketing para aprovechar el spin político que a menudo no significan nada realmente.

Desde 2021, The Economist ha desarrollado su índice sobre la democracia en el mundo. Un análisis multifactorial que busca medir la salud de la que goza el sistema político en las democracias liberales tomando en consideración sólo cinco categorías: proceso electoral y pluralismo, funcionamiento del gobierno, participación ciudadana en la política, cultura de la democracia y libertades civiles.

En ninguna parte analizan la frivolidad y otras rarezas a las que están acudiendo lo mismo derechistas, izquierdistas, liberales, populistas, estatistas o teocráticos en el poder político. Es un fenómeno que viene acompañando el boom de las redes sociodigitales que, sorprendentemente y con mucha facilidad, se colocan en la agenda pública y rebasan cualquier otro tema político y nuestra agenda de prioridades en la comunicación, sustituyendo la tragedia, por parodias, que terminan siendo tragicómicos clips en las redes sociales, Tiktoks, tuitazos o posteos creativos para el Facebook, el Instagram o un audio muy atractivo para el podcast.

Si creíamos que la pareja del ex presidente Enrique Peña Nieto y sus hijastras habían sobrepasado cualquier exceso de frivolidad, lo que pasa en Nuevo León y en Quintana Roo debería preocuparnos más allá de ser una situación anecdótica o polémica, porque el partido gobernante en esta entidad, Movimiento Ciudadano, quiere venderse como la “Tercera Opción” en la carrera presidencial y quieren hacerlo a golpes de impacto y frivolidad para atraer a público/electores jóvenes.

No es la primera vez que MC quiere avanzar por el norte para llegar a la presidencia de la República. Lo intentó con la alianza con Jaime Rodríguez, “El Bronco”, el candidato feisbuquero, y ahora, haciendo de lado a Enrique Alfaro, lo están cocinando con los jóvenes que están en la gubernatura y en la alcaldía de Monterrey: Samuel García, Mariana Rodríguez y Luis Colosio.

El gobernador y su esposa han estado en las redes sociales abriendo temas, generando atractivos, aumentando seguidores en sus cuentas de redes sociales. Sus frivolidades aumentan seguidores, crecen en el impacto de las redes sociodigitales, pero pierden mucho liderazgo y posibilidad para ser tomados en serio. Al parecer no les importan, porque mientras ellos pavimenten la popularidad con base en clics, likes, RT y posteos, el mundo puede seguir su marcha.

Lo anterior es una estrategia de comunicación política, pero lo que ha ocurrido al utilizar a niños para sus fines políticos rompe cualquier principio de ética y de legislación internacional de protección de la infancia. Hoy, los excesos los tienen en un costo y jurídico, y el Congreso de NL, donde PAN y PRI tienen mayoría suficiente para juicio político, están en posibilidades de hacerlo.

La frivolidad política, que se vale de todo, conlleva la erosión de la democratización de nuestra sociedad y el pacto ciudadano en que se fundamenta nuestra convivencia, haciéndolo más endeble y abriendo muchos riesgos, como que algunos de estos frívolos controlen en un futuro el destino de nuestras vidas. En un periodo de polarización y ansiedad social como la que nos está dejando dos años de pandemia, cuidado, la frivolidad está al alza y se pierde el verdadero sentido de las cosas.

Noticias de la Guerra Civil en la 4T

La semana pasada hablamos de las acciones emprendidas por las tribus de MORENA en la CDMX, donde a partir del 5 de febrero habrá una convención de militantes encabezadas nada más y nada menos que por dos “radicales”: Paco Ignacio Taibo2 y John Ackerman. Claro, el objetivo es pedir la cabeza de Mario Delgado y comenzar a tejer la “recuperación del partido”.

Por cierto, Ackerman escribió este lunes en La Jornada sobre el testamento de AMLO: “Quienes imaginan que López Obrador quisiera ‘heredar’ el poder político a sus familiares o sus allegados, como si el poder político fuera un bien privado o un título nobiliario, simplemente no conocen a López Obrador (…) ¿Renovar o morir, transformar o marchitar? Esta es la cuestión que todos los simpatizantes de la 4T debemos hacernos hoy”.

Mientras, en la Cámara de Senadores, los legisladores afines al secretario de Gobierno de la CDMX, Martí Batres, inician la rebelión contra Ricardo Monreal: César Cravioto, Antares Vázquez, José Narro y Nestora Salgado habrían forzado a cerrar filas con AMLO, so pretexto de manifestar su inconformidad para enjuiciar a Cuitláhuac Vázquez por abusos de autoridad en Veracruz. La realidad es que 29 de 61 senadores de MORENA se reunirán el viernes próximo para llevar a cabo una revisión de la lealtad al presidente o al coordinador de la bancada.

Contacto: feleon_2000@yahoo.com