Desde el Faro

Los Juglares de Dios

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”Pronto, mi domicilio cambiará, lo sé muy bien…”, así comenzó su discurso Pedro Luis Martínez Aguirre, fundador, hace 59 años, de la Estudiantina de la Universidad de Guanajuato; la franqueza de sus palabras provocó risas y reflexión entre los asistentes al festejo.

En silla de ruedas, y con tantos años encima, al decir “…mi domicilio cambiará…”, Pedro Luis, hizo recordar a muchos las palabras de un poema: “muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo vida…”, y es que hizo un recuento de lo que ha pasado durante los últimos 59 años alrededor del grupo musical universitario. A manera de un adiós anticipado, recordó cómo el 13 de abril de 1963 nació la estudiantina, y cómo se ha desarrollado. Ahí estaban otros fundadores, entre ellos, Joaquín “El Flaco”Arias, y por supuesto, los actuales integrantes.

En la tradicional Plaza de San Roque, cobijado por una noche tibia, también estaba el público compuesto por familias de guanajuatenses y turistas nacionales y extranjeros, todos, atentos a la voz ronca y pausada del viejo, que como todo sabio, hizo reír, porque no ha perdido el buen humor. Así, los asistentes se fueron enterando que al principio aquellos jóvenes nada sabían de música, que prácticamente copiaron discos traídos de España, y que recibieron la orientación de Enrique Ruelas, director del Teatro Universitario.

La música estaba en pausa, la Estudiantina ya había tocado “Fonseca”, con su famoso estribillo : “…triste y sola, sola se queda Fonseca, triste y llorosa se queda la universidaaad; y los libros, y los libros empeñaaados en el monte, en el monte de piedad..”; también, “Alevántate”, una vieja melodía mexicana que recuerda la voz de Pedro Infante (“lo que yo siento mi bien es venir a quitarte el sueño, pero alevántate y oye mi triste canción, que te canta tu amante…”), comenzaba a calentarse el ambiente , cuando Pedro Luis subió al escenario y habló poco más de 20 minutos, para recordar, además, que en 1965 se vendieron 100 mil discos y que en los 2 años siguientes se repitió este suceso , y con ello ganaron 3 Discos de Oro en forma consecutiva.

Luego, contó acerca de las giras por todo México, algunas partes de los Estados Unidos (Texas, Chicago y California); y más recientemente: El Salvador, Venezuela, Canadá y Guatemala; después, la emoción le hizo llorar: “no sé si llegaré al 60 aniversario, por ello, aprovecho esta noche para contar mis recuerdos”, con ello, hizo recordar a varios el final de la poesía de Amado Nervo: “¡vida, nada me debes!, ¡vida, estamos en paz!

Pero la fiesta aún no terminaba, se prolongó una hora más con la presentación del nuevo disco – el número 17 – donde se incluyen: El Son de la Negra, Cielito Lindo, Guadalajara, varias canciones de José Alfredo (Canto al pie de tu Ventana, El Siete Mares, Tu Enamorado); otras más del folclore latinoamericano, como: La Piel de la Canela, La Cumparsita, o Mi Buenos Aires Querido; y es que la Estudiantina de la Universidad de Guanajuato tiene un repertorio amplio; ha rebasado los programas tradicionales de la tuna española e incluye, además, música clásica mexicana, como el Huapango, de José Pablo Moncayo; y para el año próximo, se incorporarán el Danzón No. 2, de Arturo Márquez, y algunas obras de Revueltas.

Esa noche tibia y agradable, el grupo tocó y tocó, el público estaba feliz, las gradas repletas, y desde los balcones, la gente también participaba de la fiesta, nadie quería irse, sobre todo al oír una canción de serenata : “mi bien , abre tu ventana, para que escuches mi voz, te está cantando el que te ama con el permiso de Dios..”, pero el regocijo terminó con un grato sentimiento provocado por estos juglares de Dios, que alivian con su música y alegría de vivir, las tristezas del mundo.