Desde el Faro

Parto difícil

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Fue una noche cálida, diferente por el alumbramiento del tan esperado disco que contiene la Décima Sinfonía de Shostakovich; tan diferente que algunos músicos no pudieron contener su entusiasmo, y al final del concierto lloraron, y es que la producción discográfica fue un parto bastante difícil.

Muchas dificultades, entre ellas, la pandemia, los trámites burocráticos y una supuesta prohibición de interpretar música rusa, estuvieron a punto de lograr que la grabación hecha en noviembre del 2019 no naciera; hasta que el jueves anterior, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato pudo presentarla a su público.

Valió la pena esperar mucho más de 9 meses, porque el producto final muestra a la que tal vez sea la obra más importante del compositor ruso, en la que exhibe su verdadero espíritu, contestatario y libre, porque la escribió meses después de la muerte de Stalin, el dictador de la Unión Soviética quien prohibió algunas de sus obras que no se ajustaban a las directrices del Partido Comunista.

La Décima Sinfonía tiene 4 movimientos, el primero es muy extenso – casi 27 minutos -, además, es lento, taciturno, mientras que el segundo, por el contrario, es de apenas 4 minutos, donde las cuerdas se muestran implacables, los vientos estridentes y las abundantes percusiones crean un clima de perpetua movilidad; el tercer movimiento es de profunda melancolía, y en el último, el compositor da paso a melodías muy alegres que concluyen con la frenética agitación de los timbales. La obra se siente como un triunfo de la libertad.

El disco también contiene Clepsidra, un trabajo del compositor mexicano Mario Lavista, fallecido recientemente. Las 2 obras fueron interpretadas por la OSUG en el Teatro Principal, recinto que apenas registró un 50 por ciento de su capacidad, detalle resaltado así por el crítico musical Juan Antonio Brennan: “¡qué triste!, mientras afuera, la calle está llena de gente que sigue a las estudiantinas”.