Histomagia

¡Ya no más!

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Dicen que en Guanajuato hay pirules, muchos pirules, porque la tierra y los árboles de esta ciudad los protegen de la malocha, el mal de ojo, las brujerías, pero también como este suelo es poderoso muchos brujos y brujas vienen a abastecerse de energías, incluso se quedan a vivir aquí, ¿la causa? Los que saben dicen que la tierra y las piedras y mucho más las del panteón; así como pirules, cactus, girasoles, toloache, hierbas del campo, son tan vigorosas que se pueden usar para el bien o para el mal. Increíbles eventos surgen incluso desde los sueños que proyectan muchas de las veces lo que esos seres del mal le hacen a la humanidad.

La lucha eterna entre el bien y el mal, entre asumir el daño y ejercerlo con poder, depende de las fuerzas de la naturaleza que se invoquen: los más atrevidos hacen sus sortilegios y hechizos en noches de luna llena, ese es el momento preciso para invocar a las fuerzas de la noche, los espíritus, almas en pena, fantasmas, espectros y seres del bajo astral que sólo esperan y están al acecho, son oportunistas para poder ocupar la mente, el alma y el cuerpo de una persona viva. Ellos, alguna vez, le quitaron la cabeza al santo ahí en su aposento de piedra. Luego le fue puesta de nuevo por sus devotos.

Aquí, la cercanía de la sierra, de los cerros y cuevas, son el escenario perfecto para hacer sus maldades, y para contrarrestar esto se pide el auxilio del Santo protector de la ciudad San Ignacio de Loyola contra brujas y maleficios, se le clama la ayuda para continuar y seguir luchado de manera espiritual, se le ruega al Santo Padre Ignacio, con el antiguo sacramental, su ayuda y protección contra duendes, infestaciones del demonio, brujas y hechizos para defender las criaturas, y los mismos ganados de ser hechizados o maleficiados, también para defenderse de muchas personas religiosas malas, de tormentos, persecuciones, apariciones, y tentaciones fuertes. La protección de las casas contra espíritus malos y otras infestaciones del diablo se hace colocando una cédula del santo a la entrada de las casas detrás de las puertas principales. Te cuida y protege de las malas personas que quieren hacerte daño.

En el Templo de la Compañía de Jesús e incluso en la Basílica Colegiata, los guanajuatenses se unen en oración para ayudar a desterrar los males que los brujos y hechiceras les hacen; las misas son tan largas que los cuerpos de los asistentes o gozan de la luz y la proyectan a otros, o también se retuercen en presencia de los demás evidenciando una posesión, porque a esos seres que los poseen no les gusta la luz, buscan la oscuridad del cuerpo ajado, maltratado, de la mente, y el alma oscura de intenciones maléficas que hacen daño, desde poner enfermedades terminales a sus semejantes pasando por envenenamientos y odios puestos en los corazones hasta el hacer pactos con el maligno para tener onmipoder sobre todo y todos.

Yo, agradezco a San Ignacio de Loyola, a todos los santos y a Juan, mi amigo y excompañero de trabajo, su intercesión para conmigo en los grupos de oración, para poder salir de un cáncer que alguien, en su infinita maldad, puso en mí. Gracias a sus oraciones, sigo viva. Espero que quien haya hecho esto, Dios lo perdone. Sólo quiero que el equilibrio, que esa mala persona movió, vuelva a reestablecerse y la salud completa me llegue por fin, sin accidentes. Tengo fe en que San Ignacio de Loyola y mis santos, escuchen mi petición casi interrumpida para ya estar libre de maleficios.

Sé que ahora que estoy escribiendo esta histomagia, cosas están pasando: desde que me borran el texto escrito, desaparecen frases completas, o quitan una y otra vez el sacramento de San Ignacio de Loyola y lo escribo una y otra vez, tanto están haciéndolo esos espíritus o seres de bajo astral que hace un momento tuve que decirles que me dejen en paz, les grité, leí la oración del santo, les dije que mi trabajo es dar fe de lo que la gente que vivimos y casi morimos aquí contamos.

El 31 de julio fue su fiesta aquí en el cerro de La Bufa, es el Día de la Cueva, la población sube a visitarlo y darle gracias por su protección. Muchos le piden buenas nuevas, otros le piden les ayude a maleficios en contra de sus enemigos, pero eso siempre, todos lo saben, hay que visitarlo de cerca, pues él sabe, en su eterna sabiduría, que toda brujería se puede conjurar, exterminar con la fe. ¿Quieres conocer la Cueva de San Ignacio? Ven, lee y anda Guanajuato.