Histomagia

La Banqueta Alta

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Guanajuato se ubica geográficamente en un lugar de piedra muy fuerte, tanto que para construir, la mayoría de la gente que vive en el centro contrata máquinas para quitar la peña (piedra durísima en verdad) y poder dejar más o menos plano el lugar para iniciar sus casas en niveles, de ser posible, sin  embargo, hay veces que no es posible quitarla toda, así que como dijera un ingeniero de por aquí; “se hace lo que se puede” y más en tiempos de antaño donde no había tanta maquinaria como ahora.

Don Nacho y doña Ana tiene un puesto de tortas -muy ricas, por cierto- aquí en el centro de la ciudad. Hace poco fuimos a consumirle y pues comenzamos a platicar sobre las diversas histomagias que inexplicablemente les han sucedido a muchos de los habitantes de esta mágica ciudad, y ellos son testigos de algunas de esas historias que han definido a esta ciudad como misteriosa.

Su casa familiar se ubica en la calle bien llamada Banqueta Alta, lugar que por la geografía no se logró quitar toda la peña por lo que la piedra se recubrió y se diseñó una banqueta que en su cumbre más alta mide más de dos metros. Es una de las tantas curiosidades de Guanajuato, pues como se ubica en el centro histórico de la ciudad cuando los turistas la descubren se quedan impresionados.

Pues bien, Don Nacho y Doña Ana me contaron que desde hace muchos años que llegaron a habitar esas casas, son propietarios de varias casas consecutivas, ahí pasaban cosas extrañas: ruidos nocturnos en las paredes, en los pasillos se escuchan pasos que los recorren lentamente arañando los viejos muros, pero sobre todo todos en la familia se han dado cuenta que no viven solos, que ahí se aparece una niña pequeña.

Ellos cuentan que pareciera que desde siempre ha estado ahí, pues se pasea por todas las casas, ya que antes todas en su conjunto constituían una sola, así que para ella es su casa. Todos la han visto de lejos, con el rabillo del ojo, pero pocas veces les ha hablado o la han visto de cerca, por lo que lo que recientemente les sucedió fue un suceso que dejó lívidos a todos y cada uno cuando su familiar les contó con detalles, para que estuvieran prevenidos y nos les pase a ellos.

Esa noche uno de sus familiares llegó muy cansado, se sentó en la salita de la casa que tiene una barbería, y cerró los ojos para si pudiera dormitar, quitarse el barullo del día de su cabeza, agarrar fuerza es irse directo a la cama a dormir. Casi estaba por caer en su sueño profundo cuando escuchó una vocecita detrás del respaldo del sillón diciéndole: “¿te ayudo a dormir?”, él movió la cabeza como queriendo sacudirse esas palabras. No hizo caso, entonces escuchó otra vez la misma pregunta, pero ahora sintió el vaho helado en su rostro. No atinó a decir nada sólo a ponerse de pie de inmediato y fue entonces que la vio: frente a él estaba la niña sonriendo, con sus ojillos vivarachos, esperando una respuesta; ella estaba ataviada con su vestido blanco rasgado, sucio, como si hubiera salió apenas de su tumba. Él sólo retrocedió para caer sentado en el sillón, sus manos en los descansa brazos sintieron la cercanía de la niña cuando una manita débil y mostrando su piel putrefacta y seca, lo tocó en su brazo izquierdo… sin esperar más y en el colmo del horror, se levantó y corrió con todas sus fuerzas hacia lado derecho que llevaba a la puerta de su cuarto, cerró las puertas y se quedó detrás intentando detener la entrada de esa intrusa, de ese fantasma que debiera estar descansando en el cielo. De pronto, un silencio profundo inundó la casa, pensando que ya estaba a salvo, suspiró y caminó con pasos pesados a su cama, se acostó queriendo olvidar ese espantoso momento. Casi al instante escuchó cómo unos pasitos se acercaban a su puerta, vio la sombra llegar hasta ahí, el miedo lo hizo gritar, y entonces vio la sombra de la niña que se alejaba con unos pasitos juguetones, sabiendo que esa ha sido siempre su casa, pasen generaciones de vivos por ahí, en cada casa de la banqueta Alta.

Dicen los que saben que los angelitos o espíritus de los niños que mueren van al cielo, los que se aparecen como fantasmas son realmente seres de bajo astral, vampiros energéticos que buscan sacar dicha energía de tus sueños, de las peleas o conflictos familiares, o peor aún de las sombras buenas de fantasmas buenos que conviven con nosotros, como con ellos, por eso es que “conviven” tanto tiempo en esas casas de la Banqueta Alta no esperan nada, pero esperan, como dice Sabines, aunque estos no son amorosos, son espectros tenebrosos que viven en las tinieblas de ese otro Guanajuato que vive del pasado .

¿Quieres conocer las casas? Ven, lee y anda Guanajuato.