Desde el Faro

Justo Reconocimiento a Héctor Rodríguez “El Chaplin”

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En la década de los años 60 del siglo pasado, un mocoso de apenas 8 años recorría calles y barrios para entregar las citas por mensaje de Teléfonos de México, su ir y venir le permitió conocer la ciudad y ver de cerca a Enrique Ruelas, Gloria Ávila y Josefina Echánove.

Esas citas por mensaje eran recados para informar a las personas que recibirían una llamada de larga distancia, para lo cual tendrían que presentarse en la central telefónica a determinada hora; era la forma en que los habitantes de la capital del estado se comunicaban con el resto del país y el mundo. En una de esas ocasiones, al niño le llamó la atención el bullicio que había en la Plazuela de San Roque, fue su primer contacto con los Entremeses Cervantinos; su imaginación aumentó al escuchar y ver las escenas de “La Guarda Cuidadosa” y “El Retablo de las Maravillas”.

Sin conocer la trascendencia de este contacto y la importancia en su vida futura, el niño continuó viendo a los actores y al maestro Ruelas, quienes además de presentarse en San Roque llegaban a Mexiamora y a la Plazuela de San Cayetano, ese rinconcito que se ubica unas calles atrás del Teatro Juárez; en esos sitios llegó a escuchar algunos fragmentos de “La Ilustre Fregona”, obra de la que el ahora adulto mayor aún recuerda unos versos de amor:

¿Descubriré mi pasión?

En ocasión.

¿Y si jamás se me da?

Sí hará.

Llegará la muerte en tanto.

Llegue a tanto

tu limpia fe y esperanza,

que, en sabiéndolo Costanza,

convierta en risa tu llanto.

Así fue transcurriendo la vida de Héctor Rodríguez Colmenero, mejor conocido como “El Chaplin”, un hombre y personaje al mismo tiempo, ligado profundamente a Guanajuato y al Festival Cervantino.

Los recuerdos de Héctor brotan en abundancia; y sin que haya pregunta de por medio, relata que en 1986 fue contratado como fotógrafo por el Gobierno del Estado para “cubrir” el FIC; ese año aprendió mucho. Era la época de la fotografía análoga; revelar rollos, secarlos, e imprimir las imágenes era algo laborioso y muy estresante por la rapidez con la cual debía entregarse el material de prensa en “la valija” – el transporte utilizado para enviar fotos, boletines, y hasta reporteros, al entonces llamado Distrito Federal -.

Después, fue independiente, como lo había sido siempre; con su cámara atrapó imágenes del “Cuervo Blanco”, el inolvidable bailarín soviético Rudolf Nureyev; la cantante María Dolores Pradera; las incontables presentaciones del Ballet Folclórico de Amalia Hernández; de Café Tacuba, en el 2008, y otros artistas. Pero más le han emocionado las escenas de la ciudad, con sus habitantes, que sufren y gozan de la llamada “fiesta del espíritu”.

Así es quien ha vivido, como residente de Guanajuato y fotógrafo, los 50 años del Festival Internacional Cervantino. Así es el artista de la lente, homenajeado en el Teatro Juárez.

PD.- Algunas de las imágenes captadas por este artista, durante diversas ediciones del FIC, podrán apreciarse los próximos días en la Casa de la Cultura.