Desde el Faro

León de los Aldama, León de la Patria, León de la Tierra Nuestra

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Tragedia, dolor, pero también erotismo, amor, devoción, y solidaridad son los sentimientos que se perciben al escuchar y vivir “León, Trayectoria y Destino”, el poema – mural sinfónico, estrenado el viernes anterior por la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato en el Teatro Principal.

Y es que la obra, escrita por Jorge Luis Torres, integrante de la OSUG, transmite con intensidad la epopeya del principal pueblo del Bajío, sobre todo, a partir de la inundación ocurrida en 1888 que dejó en ruinas a la ciudad; pero cual Ave Fénix, con el esfuerzo de miles de hombres y mujeres, resurge de sus escombros.

Paso a paso, el autor del poema sinfónico, inspirado en la obra que pintó Jesús Gallardo sobre los muros de la Presidencia Municipal, lleva a los escuchas y espectadores por las diversas etapas de la historia leonesa, para ello, utiliza, además de la música, textos literarios y las imágenes de un video. Todo se integra perfectamente hasta lograr un espectáculo polifacético, con múltiples perspectivas.

Así, primero se escucha una obertura que ubica al público en el tema central de la obra: la ciudad de León; luego, un canto religioso, con las voces del Coro de la Universidad de Guanajuato e imágenes de diversos templos. Después, la sensualidad de un vals, ritmo que se oía casi al final del Siglo XIX, muestra el estado de ánimo que seguramente imperaba en la sociedad leonesa de aquel entonces, cuando Juventino Rosas, y Felipe Villanueva, impregnaron un estilo muy mexicano a esta música tan excitante y venenosa que provoca el roce de cuerpos y el cruce de miradas. Tanto la música interpretada por la orquesta, como las imágenes proyectadas logran transmitir ese ambiente de fiesta y erotismo previo a la tragedia.

Ya en el tema de la inundación, surge la historia de amor de una joven pareja que sueña contraer matrimonio y no logra conquistar ese anhelo. A todos sorprende la crecida del río, hay destrucción, cadáveres, llanto; el novio está desconcertado, no puede, al mismo tiempo, salvar su vida, las de sus padres y hermanos e ir en busca de su amada; cuando decide hacerlo, solo encuentra los restos de ella, entre cientos de otros más. Con fotografías de la época se recuperan esos dramáticos momentos, se observa a hombres y mujeres, sorprendidos ante la tragedia, rostros con lágrimas, casi se respira el olor de la muerte.

Posteriormente, la OSUG y el Coro de la Universidad de Guanajuato trasladan al oyente – espectador a la ceremonia religiosa de un funeral; aquí, son constantes las referencias a la vida terrenal, y la resurrección, esta parte de la obra recuerda un poco al Réquiem, la bella composición de Mozart. Tanto en la música como en las imágenes proyectadas hay mucho dolor, tristeza, duelo y esperanza de una vida mejor en la eternidad.

En otra parte de la obra, se rinde homenaje a Louis Long, quien realizó muchas obras en León. El coro canta lo que el pueblo le debe a este arquitecto inglés que reunió a miles de mujeres y hombres para reconstruir la ciudad y edificar el Malecón del Río

Así, las fuerzas esenciales, del sufrimiento, entusiasmo, erotismo y amor logran reunirse en la obra musical, con un reconocimiento al pueblo leonés y a sus personajes históricos, por la solidaridad, la dedicación y el trabajo constante.

Al final, casi perdida en el texto, se encuentra una frase que podría resumir toda la obra: “León de los Aldama, León de la Patria, León de la tierra nuestra”.

El Coro de la Universidad de Guanajuato, los narradores Berenice Arnold y Manuel Angel Rocha, y los alumnos del Departamento de Artes Visuales de la UG, participaron en el montaje, con la participación del director invitado, Jesús Almanza, en un programa en el que se incluyeron: “Tierra de Temporal”, de Pablo Moncayo, y “Fábula”, de Héctor Quintanar.