El laureado escritor que incursionó en la política peruana y analizó el devenir de la educación en Latinoamérica, merecidamente ganador del Premio Nobel de Literatura en 2010, falleció este domingo 13 de abril a los 89 años de edad en su natal Perú. La noticia dio muy pronto la vuelta al mundo. Por la trascendencia del hecho, retomamos una entrevista realizada en 2011 por uno de nuestros reporteros
Con un hablar sereno y sin pausas, firme pero amable, y su inconfundible timbre de voz, Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 28 marzo de 1936-Lima, Perú 13 de abril de 2025) aseveró tajante que “cuando la vocación es descubierta en edades tempranas, digamos en los tres primeros años de educación primaria, se puede garantizar un futuro inestimable”.
Si se atiende esa tarea, añadió, “se tiene una alta posibilidad de convertir a ese niño en un hombre útil para él mismo, para su familia, y para la sociedad a la que pertenece y para las demás”. Se dijo convencido de que un niño o niña de hoy con un libro en la mano será un adulto menos con una pistola en su bolsillo en el futuro, lo cual es algo muy preciado.

Entrevistado por este reportero en 2011, durante su primera visita a México tras obtener el Nobel de Literatura un año antes, Mario Vargas Llosa exhortó a los padres y madres, y a todos los adultos que conviven en el mismo hogar con los infantes, a escuchar, observar y analizarlos desde que ellos aprenden a comunicarse, para guiarlos hacia su futuro.
Habló de la importancia de poner atención a sus habilidades manuales y motrices, a sus gustos, y a los temas y objetos que más les llaman la atención. Y como lo repitió después en diferentes ocasiones y escenarios, subrayó que “ganarse la vida con la actividad que nos gusta, llena y satisface, nos da la exquisita sensación de que no estamos trabajando”.
En cambio, agregó, “dedicar la vida a la actividad que no proporciona ni felicidad ni satisfacción provoca, con más frecuencia de lo que se podría pensar, que el ser humano, hombre o mujer, se sienta, una persona frustrada, con una autoestima reducida y pocos ánimos para desarrollar adecuadamente esa irritante labor que le reporta un salario”.
Y en ese sentido dijo exhortar a los jóvenes de México a pensar y decidir detenidamente (y si es con el apoyo de sus padres y maestros mejor) la profesión o el oficio que habrán de seguir. “la peor decisión que se puede tomar es correr tras una actividad que, como canto de sirena, promete ganancias económicas, viajes, poder y atractivos de ese tipo”.

Al hablar de su propio caso, se reconoció como “inmensamente afortunado debido a que, desde una edad muy temprana, que yo mismo podría calificar como un acto precoz, me sentí poderosamente atraído por la literatura, mejor dicho, por la escritura, a pesar de las muchas dificultades que desde adolescente tuve para comunicarme a través de las letras”.
Del otro lado de la moneda, el escritor siempre halló, en su país de origen y en todas las diversas naciones que recorrió de la mano de sus libros publicados, a muchas personas, que no tuvieron la suerte que él. “Parecen robots que trabajan, crean, maquilan y hasta resuelven, pero sin poner el alma y el corazón en sus labores; son personas infelices”.
Tras la entrevista, Vargas Llosa se reunió con estudiantes, ávidos de escucharlo, en la explanada de la Rectoría de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en la Ciudad de México. Habló sobre el mismo tema y en el mismo tono: “La primera y más importante labor de la enseñanza es ayudar a los jóvenes a descubrir su vocación”.
En esa ocasión, Mario Vargas Llosa pidió enfáticamente al estudiantado que abriera bien los ojos al elegir su futuro. Les aconsejó: “Investigarse ustedes mismos para descubrir su vocación. Resulta lamentable ver médicos, abogados, o arquitectos en formación, que abandonan su carrera porque tardíamente descubren que eso no es lo que les apasiona”.

Ese memorable encuentro con alrededor de 800 personas, entre quienes se contaron mayoritariamente estudiantes de diversas carreras que imparte la UAM, además de profesores, investigadores, trabajadores y autoridades de esa institución de nivel superior, Vargas Llosa concluyó su charla con una frase que ha quedado para la posteridad:
“Alcanzar la meta de tener una sociedad donde todos ejerzan su vocación real gracias a que en las escuelas y en la casa se promueve el espíritu cívico alejado del espíritu violento y destructor, es como conquistar un mundo donde puede disminuir, aunque por desgracia no desaparecer, la infelicidad humana”. La ovación de pie todavía resuena.
Fotografía de la portada: Mario Vargas Llosa in Pietrasanta, Toscana. 13 de junio de 2010. Autor: Daniel Devoti. Fotografía disponible bajo la licencia Creative Commons Atribución 2.0 Genérica. https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Mario_Vargas_Llosa_%282010%29.jpg