Algo sobre el Corredor Literario

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Jorge Olmos Fuentes

Casi un mes lleva en funcionamiento el Corredor Literario «De Cervantes al Quijote» que impulsan de manera conjunta el Instituto Estatal de la Cultura (IEC) y el Museo Iconográfico del Quijote (MIQ) junto con prestadores de servicios de una zona del centro de Guanajuato capital, en específico cafés y restaurantes próximos al MIQ. En ese lapso se han realizado presentaciones editoriales, charlas con autores, un espectáculo músico-poético, y el comienzo de dos tutorías literarias, una de narrativa y otra de poesía, así como se ha puesto ya en marcha el sistema de préstamo de libros a los parroquianos que acuden a tomar café a estos espacios.

Vista exterior del Museo Iconográfico del Quijote

A este respecto, Raúl Bravo, operador del programa por parte del IEC, señaló en entrevista al término de la charla de Carlos Magdaleno Machaén, que aún es prematuro ofrecer algún tipo de evaluación, pero que sí era posible señalar algunos puntos relevantes para observar cómo funciona el programa del Corredor Literario. Así, en lo tocante a préstamo de libros al interior de los cafés, Raúl Bravo comentó que «tienen poco tiempo instalados estos distribuidores de libros para el préstamo, que incluyen libros de Ediciones La Rana, del Museo Iconográfico del Quijote y demás». Hasta el momento, señaló, «no podemos hacer una evaluación por el poco tiempo de apertura. A pesar de eso, y de que los distribuidores no están diseñados para la venta, se han vendido libros. Es decir, la gente ha llegado a preguntar el costo y nuestros amigos de las cafeterías han estado vendiéndolos a pesar de que la idea inicial era que los libros fueran a préstamo. Sin ser concluyente el hecho, da una muestra de cómo se está moviendo el acervo».

Por otro lado, en lo concerniente a tutorías literarias, que comenzaron a impartirse en el MIQ una semana atrás, el entrevistado consideró que era importante plantear una línea de formación en el Corredor Literario. Es decir, precisó, «no podíamos generar una dinámica en este Corredor literario que nada más fuera de animación a la cultura literaria sin tocar aspectos importantes de la formación. Con esa perspectiva se diseñaron estas tutorías, en poesía con Sergio Mondragón, en narrativa con Geney Beltrán, y un taller de apreciación literaria con Juna Manuel Ramírez Palomares. La vertiente es ofrecer asesorías especializadas en el rubro del quehacer, de la creación».

Hay que señalar, precisó, que «no son talleres literarios, sino que se están brindando asesorías sobre los textos. Es decir, el único requisito que se pidió fue presentar trabajo elaborado en algunas de estas vertientes.Y creo que iniciaron bastante bien, con un muy buen flujo de público participante: tenemos a treinta personas trabajando. Pero, independientemente de ese número, lo que más sobresale es la calidad. Los propios tutores así lo han señalado a partir de las lecturas previas que hicieron de los materiales para impartir las tutorías. En el caso de Sergio Mondragón, en la primera sesión estamos viendo tres libros hechos. El propio tutor ha señalado que ya están conformados, y solamente falta darles cierta afinación al detalle. Es decir, son libros ya hechos. Si ese hecho lo podemos trasladar para el cierre de la tutoría en el mes de diciembre, estamos hablando de que ya se tienen mínimo tres libros listos para proponerlos a editoriales, más lo que se acumule, cinco libros estaría excelente en una tutoría como esta. Y en el caso de narrativa ocurre más o menos lo mismo», detalló.