Carlos Olvera / Jorge Olmos Fuentes
Pocas veces en la vida de una persona existe la posibilidad de atestiguar el establecimiento de una institución destinada a permanecer. Es el caso de un museo en la ciudad de Guanajuato —el Museo del Siglo XIX para enfocar la atención con tino— cuya apertura al público tendrá lugar este 10 de septiembre. El Museo está destinado a permanecer por un par de razones bastante sencillas. En primer lugar: por la cantidad y valía de su acervo, desde un punto de vista histórico, que abarca poco más o menos desde 1790 hasta 1917. Esas piezas (que suman casi 500), en tal virtud —ésta sería la segunda razón— vienen a colmar un hueco por demás patente: el estudio de un siglo escasamente representado en las iconografías museísticas. De ahí que su aportación, además de original, resulta pertinente.
El Museo del Siglo XIX, que abre sus puertas al público desde este sábado 11 de septiembre de 2010 en Pocitos Núm. 25, es el resultado de un apasionado encuentro con la historia, que ha necesitado el cultivo de más de treinta años de labor persistente. Será inaugurado en el contexto de las conmemoraciones del Bicentenario del inicio de la Independencia Nacional y del Centenario del comienzo de la Revolución Mexicana. Se trata de una institución cultural privada, alojada en una casa del periodo colonial, cuya singular fachada decimonónica no cesa de atraer la atención. Su constitución tiene como base la colección particular del guanajuatense Alfonso Alcocer Martínez, creador asimismo del Museo.
Precisamente, entre polvo de remodelaciones y desorden de museografía, el arquitecto Alcocer Martínez —quien además de ser el director-fundador del nuevo Museo es el dueño del acervo que se conformó a lo largo de las últimas tres décadas— dio a conocer de viva voz pormenores acerca del origen del museo y algunos detalles acerca de la colección. Una colección por cierto rica en narraciones, debidas tanto al propio contenido de cada pieza como a las anécdotas que acompañaron la consecución de las mismas. Narración igualmente bien sazonada en lo tocante al comienzo de la colección.
Así lo comentó el Dr. Alcocer Martínez: “En el año de 1975, cuando comencé a investigar el Teatro Juárez, hice un viaje a Lagos de Moreno y encontré allá un cuadro de Miguel Hidalgo. Entonces reuní el dinero y a las dos o tres semanas regresé por él; todavía estaba allí. Ese cuadro lo considero la primera pieza del Museo. Mi intención, evidentemente, no era fundar un museo sino tener ese cuadro de don Miguel Hidalgo. Después, gracias a que viví en la ciudad de México muchos años, fui comprando en La Lagunilla documentos (muchos de ellos están aquí ahora) para mis libros y mis investigaciones. Y así fue: fui comprando y adquiriendo piezas a lo largo de más de treinta años. Después de ese tiempo yo ya no podía guardar eso ni en los cajones ni en las paredes. Entonces decidí ponerle un orden, hacer un inventario y mostrarlo al público ya como una colección, como un Museo.”
Sobre dicha base, el acervo del Museo del Siglo XIX está compuesto aproximadamente por 450 piezas, entre las que se cuentan: esculturas, pinturas, grabados, dibujos, manuscritos, monedas, billetes, figuras de cera, objetos personales de gente ilustre, cartas, libros, litografías y banderas, fundamentalmente. Conjunto con el cual se pretende mostrar las coyunturas más importantes en el proceso histórico de la ciudad de Guanajuato en su contexto estatal y nacional, durante el siglo XIX, a través de objetos y documentos originales.
A ese respecto, el también autor de un estudio único en el país sobre la Campana de Dolores, señaló: “Son de relieve en su espacio museográfico objetos auténticos, documentos antiguos y piezas de arte en relación a los momentos de más trascendencia en la historia de la ciudad de Guanajuato, sobre su construcción física, equipamiento e infraestructura, vida urbana, cultura, educación, industria, etc. Sobresalen en sus salas obras de reconocidos creadores como Jerónimo Antonio Gil, José Guadalupe Posada, señora Ward, Daniel Thomas Egerton, Carl Nebel, Pedro Gualdi, Claudio Linati, Remington, Carrier Belleuse, Leopoldo Méndez, Manuel Felguerez, Ricardo Ponzanelli, Manuel Leal, Romualdo García, V. Contreras, Eduardo Aguirre, entre otros. Además de documentos auténticos firmados por Benito Juárez, Maximiliano de Habsburgo, Manuel González, Porfirio Díaz, Florencio Antillón, Manuel Doblado, Luís González Obregón, Agustín Lanuza, Rafael López, etc.»
Finalmente, en esta relación sucinta de hechos, hay que subrayar la aportación iconográfica que se hace sobre ciertos héroes, pero también la notable riqueza que ofrece con respecto a los guanajuatenses del siglo XIX, no representados antes como ahora en la colección de un museo. Advirtió que cuando haya alguna reproducción, lucirá al lado de la pieza original. “La visión que nosotros tenemos es ver a Guanajuato, en su contexto estatal y nacional, por eso está la historia de México aquí”, añadió el fundador del Museo.
Dijo también que se podrá ver no sólo de manera iconográfica a muchos de los grandes personajes que construyeron México “sino también documentos firmados por ellos, así como una serie de elementos que construyen la ciudad de Guanajuato, por así decirlo”. Habrá por tanto representaciones de la Casa de Moneda, el Banco de Guanajuato y el Hospital del Belén y algunas zonas de la ciudad como el Paseo de la Presa, siempre ateniéndose a documentos originales, nunca reproducciones, explicó.
En ese sentido, además, el Museo continúa enriqueciendo su acervo con documentos y objetos originales claves en la historia de Guanajuato y de México en general sobre el periodo de la historia que comprende. En torno a esta cuestión, Alfonso Alcocer Martínez declaró concluyente: “La idea de formar esta colección no estriba de ninguna manera en el aspecto económico ni de inversión. Simplemente académico y desde luego por el cariño y el afecto que le tengo a mi Patria y a la historia de la ciudad de Guanajuato y del país en general. Es meramente de inquietud intelectual y académica. Y algo muy interesante es que adquirí una colección única de periódicos auténticos sobre la Revolución de Guanajuato y Mexicana que vamos a poner a disposición de los investigadores y del público en general para su consulta”.
De esta manera, la oportunidad de asistir a la inauguración de un Museo queda en nuestras manos. Con ella recibimos también la ocasión de completar en nuestro magín histórico el relato de la trayectoria de nuestra nación, con esta mirada como de close up que permite la colección reunida en este nuevo espacio. Por ende, en un país deficitario en espacios de cultura, bien merece la pena desear larga vida a la naciente galería.