El dolor vuelto pintura: Tata Goitia

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De Querétaro para el mundo (en el FIC)

Tercera de tres partes

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Benjamín Pacheco López

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Guanajuato, Gto. 28 de septiembre de 2010.- Un testimonio de la Revolución Mexicana, alejado de imágenes triunfalistas y centrado en el dolor que vivió un pueblo, es parte del legado del pintor Francisco Goitia. Por ese motivo, artistas originarios de Querétaro le rinden un tributo dentro de las exposiciones contempladas en la edición 38 del Festival Internacional Cervantino (FIC).

La muestra colectiva se comenzó a exhibir desde el pasado 18 de septiembre en la Casa de Querétaro, misma que albergó el año pasado a una comitiva de Zacatecas, y consta de 17 piezas entre pintura, arte-instalación y fotografía.

En un texto a cargo de Miguel Loyola, se refiere la coincidencia entre las celebraciones del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, y el quincuagésimo aniversario de la muerte de Francisco Goitia. “Uno de los pintores que vivió en la época de la generación llamada Escuela Mexicana de Pintura, a la cual nunca se adhirió, y se extrapola en su propuesta plástica”.

“Francisco Goitia da testimonio pictórico de la vida en los agitados años de la Revolución. Hizo cuadros que muestran paisajes del Norte del País, pero sobre todo, pinta la brutalidad y la muerte que veía cotidianamente”, se advierte.

El también llamado “Tata Goitia” plasmó escenas del conflicto en lienzos como El ahorcado y Baile revolucionario, pero a diferencia de otros artistas mexicanos que glorificaban la lucha y triunfo de la Revolución, presentó los estragos y sufrimientos que estos también significaron para el pueblo mexicano.

Los pintores invitados a la muestra aluden al trabajo de Goitia mediante distintas técnicas como óleos sobre tela, madera, lámina offsset, grafito y acuarela sobre papel y tela, aguafuerte, aguatinta, collografía, fotografía digital, mixta sobre tela y cartón. De esta forma, el espectador aprecia trabajos en los que el punto básico es un cuestionamiento: ¿Qué tanto ha cambiado el país a 100 años de la Revolución Mexicana?.

En el texto explicativo de Miguel Loyola nace la misma interrogante: “¿Qué pintaría Francisco Goitia hoy en día? ¿Estaría recluido en su pequeña choza que él mismo construyó en Xochimilco y desde ahí nos hablaría con su excelsa pincelada y sentido existencialista que evocan las atmósferas de sus cuadros de la situación tan radicalmente opuesta a los tiempos de celebración que se viven en este país?”.

“¿Cómo serían las miradas de sus autorretratos?”.

Los visitantes a la exposición darán cuenta de una reflexión pictórica en la que, por medio del pensamiento del conocido artista mexicano, serán trasladados a los tiempos de una violencia ambigua y llena de estragos y sufrimiento.

“Y confrontarnos a través de su propuesta plástica, alquímicamente unida a la del maestro Goitia, a la realidad nuestra de cada día; mientras las mujeres de Tata Jesucristo siguen llorando a sus muertos, que riegan con sangre el territorio mexicano y exigen encontrar una respuesta a las angustias que han dominado a este antiguo pueblo”, concluye Miguel Loyola.