Bóriz Segoviano
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Guanajuato, Gto. 20 de septiembre de 2010.- No llegó el personaje, sólo mandó su capa, y con esta, bastó para dar cátedra de buenos riffs y acordes con tintes roqueros, bluseros, punketones y surfistas, en donde los jóvenes de espíritu Tona, Beto, El Pelón y Nostragamus, demostraron que no hay edad para saber divertirse sobre un escenario, y que la música de sus instrumentos es suficiente para luchar en contra del aburrimiento y el «sin quehacer».
Los originarios de la Ciudad de México, llegaron para quedarse con el corazón de cientos de guanajuatenses, que a ritmo de La capa de Batman, Llámame rico y Tsunami Surf, conquistaron a los cientos de capitalinos y visitantes de la ciudad durante dos presentaciones consecutivas.
No hicieron falta dosis extremas de arreglos y un equipo demasiado sofisticado, pues los integrantes de La Capa, ante fallas técnicas y carencia de equipo en uno de los bares, y con un sólo micrófono demostraron la calidad musical que caracteriza a esta agrupación, apenas conformada en el año 2007.
Los cuatro originarios del grupo en compañía del baterista invitado Rive, estuvieron deleitando con movimientos roqueros y hasta por momentos sexys, pues la parte sensual de ambas noches fue de Tona, que elevado hasta el éxtasis, poco a poco se despojó de sus ropas, hasta prácticamente quedarse en cueros, arrancando el suspiro de las doncellas y damiselas de Guanajuato.
Ahora, no fue Ciudad a go Gótica la zona de desempeño de los cinco músicos, fue Guanajuato con sus túneles y calle subterránea los que albergaron los acordes netamente roqueros de la agrupación. Ellos señalaron que la ciudad se caracteriza por ser mágica, cosa que constataron al caminar por sus estrechas calles, sintiendo la magia desde sus pies hasta las máscaras y capas utilizadas en sus presentaciones.
La Capa de Batman prometió volver, y quizá sea para finales de octubre cuando se encuentren estos personajes nuevamente con nosotros, en donde darán certeros y duros golpes de música, quitándonos y despojándonos de la aburrición con letras cómicas y divertidas, acompañadas de una música que rescata los acordes clásico de los Beatles, Rolling y Chuck Berry.
