Estremece canto operístico en el Juárez

Compartir

Benjamín Pacheco López

*

Guanajuato, Gto. 4 de noviembre de 2010.- Con un concierto caracterizado por la elegancia de los mejores solistas europeos de la actualidad, el Teatro Juárez celebró 107 años de haberse inaugurado.

Lo anterior, debido al grupo L’Arpeggiata y su directora Christina Pluhar, el contratenor Philippe Jaroussky, y el cornetista Doron Sherwin, quienes hicieron delirar al público con su presentación Teatro D’Amore dentro de la edición 38 del Festival Internacional Cervantino (FIC).

De manera previa, las autoridades solicitaron al numeroso público un minuto de silencio en honor del ex presidente argentino Néstor Kirchner, quien falleciera el pasado miércoles 27 de octubre.

Posteriormente recordaron que ese mismo día, pero de 1903, se inauguró el conocido recinto, y que costó 440 mil 220 pesos con 50 centavos.

Música exquisita

A pesar de estar programado para 70 minutos de duración, el concierto se extendió debido a las constantes muestras de afecto del público hacia el potente registro vocal de Philippe Jaroussky, por lo que regresó en cuatro ocasiones al escenario para dar las gracias e interpretar otras canciones.

El programa fue de 18 piezas y fue un repertorio centrado en música italiana —napolitana—, del siglo XVII.

Algunas fueron La dia spagnola, L’Eraclito amoroso, Ciaccona, Presso I’onde tranquilo, Moresca, Tarantella a Maria di’ Nardo, Tarantella italiana, y Laudate Dominum.

Christina Pluhar mostró la capacidad de improvisación de instrumentos como la guitarra barroca, el archilaúd, el violín barroco —Veronika Skuplik—, el salterio —Margit Übellacker—, la percusión —David Mayoral—, así como el clavicémbalo y el órgano positivo —Haru Kitamika—, respectivamente.

Debido a la omisión de micrófonos, el grupo obligó a estar atento a los asistentes para que pudieran apreciar las delicadas construcciones musicales, los arreglos suaves y las matizadas expresiones de cada instrumento. Cada músico se lució.

Philippe Jaroussky (Fotos: Especial)

La gran sorpresa fue cuando el cornetista Doron Sherwin cantó junto con Philippe Jaroussky, un variado repertorio musical en el que compartieron momentos de humor que agradaron a los presentes.

Las ovaciones fueron de pie. Hubo gritos, peticiones y hasta un desconocido comparó al contratenor con “Farinelli”, sobrenombre del famoso cantante “castrato” del siglo 17.

Y no era para menos, pues Jaroussky daba vueltas, pasos de baile, sonreía y deleitaba con una voz que —según los expertos— es difícil de clasificar porque “mezcla la bravura de un hombre con la dulzura y delicadeza de una mujer”.

Incluso cantó en tonos graves y en español, pero volvía a los agudos y rodeaba a la gente con un festival de colores y variedades que dejaron deseantes a más de uno. Fue una fiesta total en el Teatro Juárez.