Historia Rosa

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ROBAPLANA

Hugo Juárez

YO me la pasaba de a perro, ladre y ladre por su amor, dando de vueltas para que me pelara, aullando por la luna de sus ojos, rascándome las chinches de la burla y sorbiendo de las ubres de su desamor.

Y es que me cansaba de rogarle, me cansaba de decirle que yo sin ella de pena muero, pero si sus labios se abrieron fue pa’ decirme: “los hombres son esos seres de penes largos e ideas  cortas”.

Pero cómo no amarla si le encantaban las quesadillas macrobióticas, todos los conciertos de Brandemburgo y la zona hotelera de Reforma, en donde jugábamos ajedrez en cada cuadro de su piel.

No había mejor aventura que terminar aquellas noches en un vagón atascado del Metro, en donde ella sin duda gritaría: “queridas sardinas, ya no le pongan tanto yin a su yang, embárrenle mayonesa a sus días, que las sardinas sin aderezo son como los niños sin globos”.

Indudablemente salíamos corriendo del tren perseguidos por aquellas pirañas deseosas de mordernos.

Es por eso que he decidido que si ella muere primero escribiré la historia de nuestro amor, con toda el alma llena de sentimiento, la escribiré con sangre, con tinta sangre del corazón.

*

* A mediados de los ochenta, el autor firmaba con el pseudónimo de Hugo Jaramillo Page; no es difícil imaginar que por su vena literaria transita una densa influencia del llamado Ruiseñor de América, el ecuatoriano Julio Jaramillo. El segundo apellido está íntimamente conectado al guitarrista inglés James Patrick Page, alias Jimmy Page,  de la banda Led Zeppelin,  quien también ha aportado lo suyo, para hacer de este escritor  un perfecto hibrido todo terreno.