Escándalo del Enmascarado de Plata en Guanajuato

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CANDIL DE LA CALLE

Verónica Espinosa

Dejemos que los políticos se tomen su café en paz, y vayamos al cine, donde también se cuecen habas como lo vimos con la polémica armada por la presunta censura para la proyección del documental “Presunto culpable”, cuyo fondo tiene que ver con una campaña para posicionar al nuevo sistema de justicia oral que en unos meses deberá estar implementado en todos los juzgados del país.

Esta vez el escándalo se desató por un personaje que ya no vive entre nosotros, pero cuya leyenda forma parte de un culto muy mexicano: El Santo, el Enmascarado de Plata, el legendario luchador cuyas proezas y aventuras fueron llevadas al cine.

Varias de las películas del Santo son hoy muy cotizadas entre los coleccionistas noir. Pues un reportaje de mi compañera Columba Vértiz en Proceso develó lo que durante más de 40 años se tuvo como una leyenda: que el famoso Santo, campeón de los cuadriláteros, había protagonizado largometrajes para adultos (soft porno).

En este reportaje anunció que en la 26 edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, que abrió el día 25, iba a proyectar por primera vez y sin censura «El vampiro y el sexo», del director René Cardona, protagonizada por el mismo Enmascarado de Plata y donde hay desnudos totales de mujeres-vampiro. Esta es la segunda versión de Santo en el tesoro de «Drácula» (1969), cinta realizada para toda la familia.

A lo largo de estas cuatro décadas, los cinco rollos de El vampiro y el sexo estuvieron en la bóveda del productor de la cinta, Guillermo Calderón Steel, y fueron encontrados por su sobrina-nieta, la cineasta Viviana García Besné, quien contó a la reportera de Proceso que los extrajo a escondidas y los llevó a restaurar a la Filmoteca de la UNAM, con el auspicio del propio Festival de cine de Guadalajara.

Durante años, esta segunda versión “para adultos” fue guardada y también negada, incluso desconocida por algunos críticos y autores especializados sobre cine.

«El vampiro y el sexo» es una de las primeras películas a color de El Santo, y lo único que se sabía de ella era por fotos que hace 25 años publicó la desaparecida revista Dicine, pero se creyó que era un truco publicitario. Hoy se tiene la certeza de que la cinta fue filmada, existe, está restaurada y no pudo proyectarse en el Festival de Guadalajara porque en cuanto corrió la noticia, El Hijo del Santo, propietario de los muy jugosos derechos de explotación de la imagen de su padre, envió una carta a los directivos del festival para pedir que no se pasara.

El Hijo del Santo aseguró después en una conferencia de prensa que no lo hizo por un capricho, sino por respetar la memoria de su padre, quien pidió al director no usar la película porque temía que se perdiera su imagen. Y el filme El vampiro y el sexo con el Santo como figura estelar no se proyectó en 1970, no tendría por qué pasarse en el 2001, treinta años después, a menos que existiera una autorización expresa del Santo, quien tendría qué volver desde el más allá para estampar su firma en algún documento del más acá, según parece.

El Hijo del Santo ha negado que el fondo del asunto sea el dinero, las regalías que se pueden imaginar muy respetables por la proyección de la película desconocida del personaje que fue su padre, en México y en el extranjero, donde también es venerado. No es fácil tomar a pie juntillas esta versión cuando el Santo se ha convertido en historieta, caricatura televisiva, logo de calcomanía y todo tipo de producto mercadológico en beneficio del actual dueño de los derechos de su imagen.

Así que como dijo el director del Festival de Guadalajara, ojalá el problema sea el dinero, porque eso se puede resolver, y algún día, pronto, podríamos estar en una sala de cine viendo al incómodo Santo atacado por las desnudas, míticas, mujeres vampiro. FIN (30 de marzo de 2011)