Candil de la Calle

Mensajes subliminales

Compartir

El cartón de Monosapiens (Helguera y Hernández) en el número más reciente de Proceso caricaturiza al presidente Felipe Calderón, a propósito del discurso que pronunció en la Universidad de Stanford en el que, ya sin ambages y echada a andar la operación “Cisne (Expediente) negro” en tiempo electoral contra del PRI encarnado y representado muy cabalmente por el heredero de Atlacomulco Jorge Hank Rhon, el titular del Ejecutivo Federal soltó una andanada de recapitulaciones sobre todo lo que el PRI en 70 y tantos años no hizo y sí deshizo, y su conclusión fue que en 10 y cacho de años, el PAN ha logrado mucho, pero mucho más.

El presidente nos debe la aclaración: mucho más, pero de qué.

Y luego en sus paseos de una tarde de verano dominical por los estados, el Secretario de Hacienda en funciones de delfín Ernesto Cordero ha sacado la grabación que le dieron para repetir el mismo mensaje… porque claro, ya sabemos que en esto de las estrategias mercadológicas el asunto es repetir, y repetir, y repetir una mentira hasta que se crea.

Esto es tan simple como lo que hacen los jóvenes que se dedican a estudiar las producciones musicales modernas y encuentran que al tocarlas “en reversa” del final hacia el principio, hay mensajes escondidos, otras letras, recados para el subconsciente que hasta sugieren son de índole satánica.

Pues si nos ponemos atentos con este mensaje del presidente Calderón y del asumido delfín Cordero (que le hace ruda competencia al delfín guanajuatense Miguel Márquez Márquez, ¿a poco no es difícil saber quién es más desabrido?) sólo hay que reformularlo:

Dicen los del PAN que han hecho más por el país en diez años que lo que el PRI hizo en setenta. Si le damos una lectura inversa al mensaje, la cosa es así: el PAN se estuvo preparando durante más de cincuenta años para gobernar y hacerlo mejor, pero muchísimo mejor que el PRI.

Y he ahí los resultados.

Como que nos ha quedado a deber, ¿eh?

Como que el discursito éste suena más cínico que elogioso.

Como que compararse en esos términos con el PRI no deja al PAN muy bien parado ante los ciudadanos, que aunque todavía no lo crean los partidos, sí tenemos ya un grado de hartazgo muy cercano a la alerta roja.

En el cartón de Proceso, los moneros dibujaron a Calderón en el momento de su discurso en Stanford con las siguientes palabras: “Quiero contarles que cuando yo era joven, en México sólo había un partido que decidía todo: desde qué conciertos de rock se permitían, hasta qué rescates bancarios se aprobaban con el PAN… por eso yo fui con mi padre y le dije: Papá, un solo partido decide todo. Masacra gente, desaparece opositores, comete fraudes electorales… ¡Ya basta! ¡Hay otros partidos que queremos hacer lo mismo…”.

Y en menos tiempo, agregaría.

Quizá esto es lo que tanto se ufanan de presumir en el gabinete federal.

Porque lo otro —el crecimiento económico, la baja inflación, las inversiones—, sigue contrastando de manera abismal con la calidad de vida de millones de mexicanos. Aunque Cordero sueñe lo contrario.

Lo reflejó el Informe sobre el Índice de Desarrollo Humano que fue presentado la semana anterior: México es un país rico, pero es un país de pobres. El desarrollo (macro) económico no es directamente proporcional al desarrollo humano, a la satisfacción de los estándares de vida elementales de una gran mayoría de mexicanos, de guanajuatenses.

Ese es tema de otro Candil.

*

Verónica Espinosa es periodista. Ha desarrollado una importante trayectoria en medios impresos y electrónicos de la región desde hace ya varios lustros. Actualmente es corresponsal del semanario Proceso en el estado. Con más de una década de emisiones radiofónicas a sus espaldas, Candil de la Calle, prestigiada columna de opinión, análisis y crítica política ahora llega cada miércoles a través de igeteo.mx por escrito, para descubrir la desnudez de la política y la observación acerada sobre la cosa pública.