San Ignacio de Loyola, santo patrono de la ciudad, celebrado por miles de capitalinos

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Carlos Olvera

Guanajuato, Gto. 31 de julio de 2011.- Además de celebrar a San Ignacio de Loyola, patrono del municipio de Guanajuato, alrededor de 25 mil capitalinos subieron al Cerro del Hormiguero para convivir con sus familias y amigos en el tradicional Día de la Cueva.

Miles de capitalinos participaron en el tradicional Día de la Cueva

Cristian Ortiz Muñiz, director de Policía Vial y Transporte de la capital, informó que todavía a las 4 de la tarde los autobuses de pasajeros encargados de cubrir el circuito de la calle Panorámica al centro de la ciudad, llevaban mucha gente que se sumó a la fiesta que se realiza cada 31 de julio desde 1624.

Y para ofrecer diversos productos, en su mayoría antojitos y bebidas, más de un centenar de comerciantes se colocaron desde la Clínica del ISSSTE, hasta la Central de la CFE, localizada en la parte alta del cerro del Hormiguero. También se colocaron carpas de los principales partidos políticos, entre ellos el PAN, el PRI y el PRD, de la Asociación Civil, Guanajuato Somos Todos y de la presidencia municipal.

El secretario de Finanzas y Administración, Gustavo Adolfo González Estrada —en representación del gobernador Juan Manuel Oliva—, y el alcalde Nicéforo Guerrero Reynoso y demás funcionarios del gobierno municipal, llegaron alrededor de las 2 de la tarde y se sentaron en las mesas para comer carnitas y gorditas.

Decenas de familias y grupos de amigos empezaron la celebración desde la tarde del sábado con el ascenso al cerro para ir apartando lugar; también participó la cabalgata de al menos un centenar de jinetes que llegaron vestidos de charro a la Cueva para participar en una misa que les ofreció el párroco del tempo de la comunidad de Yerbabuena, Elías Guerra.

Ya el domingo, desde muy temprano, miles de familias capitalinas acomodaron lonas, anafres, carbón y hieleras, comida y bebidas en sus camionetas y automóviles para asistir al Cerro del Hormiguero y buscar un buen sitio para pasar la tarde, reviviendo la tradición.

A partir de ese sitio, algunos subieron la pendiente del cerro hacia la Cueva, que es donde se encuentra precisamente una estatuilla de San Ignacio de Loyola y donde se realizan las ceremonias religiosas. Otros más audaces subieron hasta la punta del cerro de la Bufa y los Picachos, para disfrutar de la vista completa de la ciudad y municipios aledaños.