Nada como ver a un partido convertirse en lo que tanto aborreció, en una defección de sí mismo, para acabar de entender que nos falta mucho, un largo trecho, para convertirnos en lo que se llama una democracia moderna en este México de hoy.
El PAN de hoy es eso: la sombra de la lucha democrática que fue, de los ideales que enarboló, de los liderazgos auténticos y llenos de convicciones que marcharon por las calles para reclamar gobiernos honestos, transparencia, respeto a las clases marginadas para no ser utilizadas como carnada electorera; castigo a la corrupción y al cochupo; elecciones limpias con organismos verdaderamente autónomos y en manos de los ciudadanos, partido y gobierno cada uno en su lugar, sin las mezclas perversas que obnubilan a gobernantes y a dirigentes.
Y mire usted cómo quedó.
El domingo 25, como se había anunciado, hubo fiesta. Curioso, la dirigencia panista desorganizó una celebración en el Auditorio del estado, acarreó militantes —o los acarrearon cada uno de los aspirantes a la candidatura a gobernador, o los promotores de los precandidatos a la Presidencia de la República, como quiera repartir alcanza— que se vio así: porras, matracas, tambora, mantas, banderitas y playeras para unos y otros.
La medición de fuerzas fue un espectáculo para los periodistas, que no hallábamos para dónde correr, si del lado de Josefina Vázquez Mota con Carlos Medina, o del de Miguel Márquez con su tambora y el consenso de la asistencia (sin que eso signifique autenticidad, habrá qué ver los claroscuros), o al rinconcito del doctor José Ángel Córdova Villalobos donde éste protestaba por el escenario orquestado para “el otro” (Márquez), o… uyyyy, el abucheo, la rechifla para Ernesto Cordero, tan chaparrito como Josefina Vázquez Mota, pero sin el carisma creciente y el desenvolvimiento y discurso evidentemente tan ensayado y aprendido de ella.
Hay emociones encontradas en el gremio porque se acabaron los domingos felices de estar en casa con la familia y los descansos: la talacha electoral, las comilonas, el proselitismo, el reparto de playeras, bolsas y calcomanías, las carnitas no tienen días de guardar de aquí a julio del 2012. Horror por los mismos discursos, las mismas campañas, la misma propaganda… las mismas carnitas.
Eso lo digo yo, que lo disfrutaba en los inicios y lo padezco casi 25 años después.
Ya ni siquiera el PAN sabe innovar, presentar una campaña fresca, medida, que llegue y que no tenga el tufo del despilfarro, del dinero a cambio de compromisos.
En el Auditorio del estado hasta a un empresario subieron al estrado: Juan Carlos Muñoz, para más señas presidente del enigmático y oneroso fideicomiso de la Expo Bicentenario, quien en su calidad de presidente de la Cámara del Transporte trató de contrarrestar los candiles que alcanzó Marcelo Ebrard con otros empresarios —tampoco tantos, pero varios significativos— en León esa misma mañana del domingo.
Regañada la que recibieron los panistas de Carlos Medina Plascencia, en apoteósica reaparición junto a Josefina Vázquez Mota, quien aquí narraría cómo fue que Medina la invitó a participar en la política a través del PAN y por él llegó al Congreso federal, antes de convertirse en colaboradora de Vicente Fox en Los Pinos.
Curioso: nadie, ninguno de los oradores del acto (Medina, el también ex gobernador Romero Hicks, el gobernador Oliva, el dirigente estatal Gerardo Trujillo) habló o mencionó siquiera la forma en que el PAN inició lo que ahora son 20 años en el gobierno de Guanajuato: una negociación fuera de la ley tras una lucha democrática contra un fraude electoral.
¿Será por eso que los panistas abuchearon al expresidente Carlos Salinas de Gortari cuando salió en el video… pero abuchearon más a Ernesto Cordero, que huele a vil dedazo?
P.D. No es que el PRI y el PRD estén en mejores condiciones. ¿Pero no que éstos eran los buenos?
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Verónica Espinosa es periodista. Ha desarrollado una importante trayectoria en medios impresos y electrónicos de la región desde hace ya varios lustros. Actualmente es corresponsal del semanario Proceso en el estado. Con más de una década de emisiones radiofónicas a sus espaldas, Candil de la Calle, prestigiada columna de opinión, análisis y crítica política ahora llega cada miércoles a través de igeteo.mx por escrito, para descubrir la desnudez de la política y la observación acerada sobre la cosa pública.