Carlos Olvera
Guanajuato, Gto. 04 de octubre de 2011.- Mientras inauguraban el Corredor de las Esculturas del Quijote en Guanajuato capital, el espíritu de Don Eulalio Ferrer Rodríguez fue convocado en la memoria de tres de sus amigos, los escultores Leonardo Nierman, José Sacal y Víctor Gutiérrez.
Esos artistas son autores de 3 de las 6 piezas que se muestran en las calles vecinas al Museo Iconográfico del Quijote (MIQ); los tres rememoraron el momento en que entregaron sus piezas al museo que donó Ferrer Rodríguez a los guanajuatenses y lanzaron un breve discurso al pie de sus obras.
El director del Museo Iconográfico del Quijote y anfitrión de los escultores, Onofre Sánchez Menchero, aseguró que todos los artistas están contentos de estar inmiscuidos en la vida cotidiana de los guanajuatenses a través de sus esculturas.
“Estamos dando cause al espíritu cervantino que ya de por sí existe en esta ciudad desde el 53, cuando empezaron los Entremeses Cervantinos y ahora estas esculturas van a recibir también al público cervantino, además que por primera vez en su historia el Museo ya forma parte del programa oficial del FIC”, precisó Sánchez Menchero.
Según palabras del funcionario, en esta 39 edición del FIC el Iconográfico del Quijote participará con 10 eventos, todos ellos con tema cervantino, “así le damos más significancia a lo cervantino en esta hermosa ciudad que ha capturado y se ha apropiado de Cervantes y el Quijote”.
El Corredor inicia en la plazuela que se encuentra entre el templo de San Diego y el hotel del mismo nombre, en pleno Centro Histórico de la ciudad donde la obra Don Quijote, de Santiago de Santiago, hace comunión con los guanajuatenses desde el 2005, cuando la inauguró el propio Eulalio Ferrer Rodríguez y autoridades municipales.
Posteriormente, fue colocada al pie de la base de esta obra una placa de bronce, en forma de libro del Quijote, que hizo Lorenzo Rafael, para dar sustento a la leyenda de que el Quijote existió y está enterrado en Guanajuato.
En seguida, entre el Teatro Juárez y el Templo de San Diego, se ubica una reproducción de 4 metros de altura, La Giganta, de José Luis Cuevas. Luego viene la escultura de don Quijote de Víctor Gutiérrez, la que prácticamente da la bienvenida al Iconográfico, pues se encuentra a la entrada del Museo.
Cabe señalar que Gutiérrez es el autor de la famosa escultura de Los Mineros a la entrada de la ciudad de Guanajuato y del Quijote y Sancho a lomos de Rocinante y el burro, que están en la plaza del Teatro Cervantes.
Ángel-Quijote de José Sacal está enfrente del templo de San Francisco, junto al Ángel de Leonardo Nierman, considerado el autor de arte abstracto —más abstracto— de la tierra, por las prestigiadas galerías californianas Pickford-Perkins. Esta obra tiene una escultura gemela, en el paseo del Sardinero en Santander.
El Corredor concluye con El Quijote 2000, de Sebastián, en el callejón del Campanero. Es la más alta de las esculturas con 4.62 metros, realizada en acero y acabada en esmalte negro y poliuretano, que da la bienvenida a los capitalinos que descienden por la calle Sangre de Cristo.