Pizza para 7 con extra cotidianidad

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Amad Araujo Santoyo

Guanajuato, Gto. 22 de octubre de 2011.- Un jardín espacial, un comienzo empezado por el final. Un astronauta a domicilio… La lucha constante de nuestro propio existir. Un transeúnte imaginario, un triste hombre solitario y su pereza de vivir la monotonía en esta vida. Bossa nova “francesa” y ping pong.

Vivarium Studio Teatre en el 39 FIC (Foto: Especial FIC)

Descripciones cotidianas que resultan sutilmente graciosas.

La inocencia y la simplicidad como elementos activos.

Gestos mínimos donde cualquier ligera anormalidad se vuelve un gag.

Ocurrencias inteligentes que producen la ternura en el espectador. En una puesta que juega con la formalidad y desenfado de actores locales como José Rubén Araujo, Javier Cardoso Estrella, Ángela Piedad González, Mayela Villareal, Cynthia del Rocío Calderón, Víctor Andrew Tarasiewicz y Gabriela Altuzar, dándole frescura a cada representación dejando siempre una pauta a la improvisación, para la interacción entre los invitados que en un esfuerzo por dar realismo, reaccionan al existencialismo en que vive sumergido Sergio.

Donde pareciera que las visitas juegan más un papel terapéutico que una invitación a una tarde agradable de un domingo típico, en una especie de auto rehabilitación psicológica, de la cual haría victimas a sus invitados y que haría disfrutar de sus montajes con juegos de iluminación y coreografías chuscas ( con música de Richard Wagner, Jhon Cage y otros) rayando en la genialidad del ser común y corriente y logrando la reflexión de los espectadores sobre los pequeños detalles de la vida, dando lugar en el Teatro Cervantes los días19, 20 y 21 de octubre en la trigésima novena edición del Festival Internacional Cervantino que de nuevo, como es costumbre, cerrara el espectáculo con el principio de su próximo montaje conceptual.

En la producción de Vivarium Studio el personaje de Sergio (interpretado por Gaëtan Vourc’h) da la sensación del empeño por el equilibrio. Buscar aquello que parece habérsenos vetado naturalmente. Sergei tiene una gracia, una con la que no nació, así, cada domingo divierte a sus amigos con invenciones de dos a tres minutos entre diminutos visuales, pirotecnias y efectos encontrados en un pequeño universo, que comparte a sus amigos, un acto distinto cada domingo. Una convención temporal en un día poco común, reflejos de una infancia tardía con encargos de pizza para 7 con extra cotidianidad.