Guanajuato, corazón del mundo

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HORIZONTERIO

Paloma Robles Lacayo

24 de noviembre de 2011

Me enamoré de ti desde que te conocí. He permanecido contigo, y seguiré, sólo por amor.

Llegué a tu tierra hace muchos años, e inmediatamente me embrujaste, y la seducción no ha terminado. Antes bien, se reavivaba en cada visita. Yo era apenas una conductora de quienes me acechaban, hacia ti. Es decir, me he dedicado a  presentarte al mundo que me concurre. Y en cada encuentro te amaba más.

Llegado el día, en tus aires, circulando por los bordes de tus sinuosos anillos, sembré el deseo de ser acogida por ti, de que me dieras razones para quedarme en tus entrañas. Y aún hubo algo antes. En Celaya, un mes atrás, me cuestionaba sobre lo que sucedería conmigo al año siguiente, y una paloma abrió su vuelo, para explorar las ramas de un árbol, y luego descender, para quedarse con la mayor placidez en un jardín. Ella me respondió. Lo que seguía, lo que sigue siempre, para mí, era, es volar. La señal parecía indicar que no hacia un destino lejano, si se consideraba la mesurada altura del espectador sobre el que ella se posó. La imagen me dio la serenidad natural que acompaña a las respuestas contundentes. No pregunté más.

Bastaron pocas semanas para verlo todo con claridad. En el infinito, se abrió una senda que me entregó a tus brazos, en los que felizmente sigo. Al principio, expliqué mi continuidad en tu seno con “la esperanza de descubrirme entre tus andamios y recovecos, idénticos a los de mi espíritu”. Disfrutarte más profundamente ha alumbrado otras posibilidades, también vigentes.

Opino que eres una ciudad hecha con amor. Tus rostros, que espero no agotar, se me revelan como elaborados con el más fino esmero que un artesano, en su obra, pueda hallar. Me siento inundada de tu orgullo.

Tus caminos, jamás rectos, tienen todos destinos sorprendentes. Eres impensable. Sigo perdiéndome en ti.

Las casas que te visten no están unidas, sino eclipsadas entre ellas mismas, como si tus habitantes, de tan juntos, nunca hubieran reconocido la necesidad del aislamiento, y formaran un puente con eslabones humanos que conectara los soles del verano, porque en la calidez de su estrecha cercanía, el frío se desterraría.

Eres de muchos tiempos a la vez, me confundes. Te afirmas en el pasado del que evidentemente vienes, porque estás hecha de elegantes vestigios de él. Pero sigues de pie, casi intacta, desafiando al presente que no deja de poseerte. Nunca evades al futuro, porque sabes que, tarde o temprano, te irás con él.

Dama visionaria, te estableciste en el nido que los nobles de piedra custodiaron y protegen, los cerros, de los que estás rodeada. Eres la mujer prometida de la honra. Por la sangre mineral de tus venas se derrumbó tu fama de riquezas y poderío, y un amplio manto de nostalgia convertida en misterio cubrió tu vista. Ya no derrochas brillo, pero has sabido reconstruir tu gloria a partir de collares de palabras, personajes y proezas que atavían tu historia.

Eres el corazón del cuerpo de varones pétreos que te circundan.

*

Paloma Robles Lacayo se define como La mujer del tiempo, La duquesa del Beso, Un imperio de mujeres junto al mar, Alguien indefinible. Contacto en: fuegoeingenio@yahoo.com.mx.