Literaria

El arte contemporáneo representado por las vanguardias

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Las señoritas de Aviñón, de Pablo Picasso (Foto: Especial)

El cuestionamiento sobre los principios artísticos que se inició en el siglo XIX posibilitó el surgimiento de un espíritu crítico propio en el siglo XX, desencadenando una revolución estética de estilos y movimientos innovadores y en muchos casos efímeros; éstos plantearon una actitud innovadora, una oposición al arte como imitación y una rebelión contra la moral vigente.

Los movimientos más destacados de esta revolución artística fueron, entre otros: Fauvismo, Cubismo, Expresionismo, Futurismo, Constructivismo, Neoplasticismo, Dadaísmo, Surrealismo, Expresionismo Abstracto, Pop Art, etc.

Dichos movimientos artísticos, aunque primeramente se mostraron en las artes plásticas, posteriormente representaron un ejemplo a seguir para las demás manifestaciones artísticas como la literatura, el teatro, la danza y el cine.

En sus obras, los fauvistas recogen las experiencias técnicas del postimpresionismo (Paul Gauguin y Vincent Van Gogh). La principal aportación de los pintores fauvistas reside en la importancia que dieron al color, el cual dotaron de plena autonomía respecto del objeto representado.

La espacialidad de sus obras se percibe plana y los objetos delimitados por gruesos trazos de colores estridentes; sus integrantes principales fueron André Derain, Maurice de Vlaminck, Raoul Dufy, Georges y Henri Matisse, su principal exponente.

El cubismo se manifestó sobre todo en pintura, su objetivo principal era alejarse de la representación naturalista y plasmar un objeto visto desde múltiples ángulos de manera simultánea; se basa pictóricamente: en el modo de entender el espacio de las obras de Paul Cézanne, y filosóficamente en las teorías expuestas por Schopenhahuer en El mundo como representación. El cubismo se interesó por representar el objeto como existe en la realidad, con múltiples caras que necesitan del tiempo del observador, quien puede contemplarlo cada vez desde un punto de vista diferente.

Sus principales representantes en pintura fueron: Pablo Picasso, Georges Braque, Juan Gris y en escultura: Alexander Archipenko, Robert Delaunay, Fernand Léger.

El término expresionismo se aplica a una tendencia específica desarrollada en Alemania entre 1905 y 1925; buscaba la expresión de los sentimientos y las emociones del autor, más que la representación de la realidad objetiva. Apareció en los últimos años del siglo XIX y primeros del XX como reacción frente a los modelos que habían prevalecido en Europa desde el Renacimiento.

Trató de representar la experiencia emocional en su forma más completa, sin preocuparse de la realidad externa sino de su naturaleza interna y de las emociones que despierta en el observador. Para lograrlo, los temas se exageran y se distorsionan con el fin de intensificar la comunicación artística. Sus principales exponentes formaron el grupo Die Brücke (El puente), en Alemania, formado por: Ernst Ludwig Kirchner, Erich Heckel, Karl Schmidt-Rottluff.

El futurismo nació en 1909 con la publicación del primer Manifiesto futurista de Filippo Tommaso Marinetti. En él se exponía el carácter programático del grupo, el rechazo a la estética tradicional y el intentó de ensalzar la vida contemporánea, basándose en sus dos temas dominantes: la máquina y el movimiento.

Para ello superpuso acciones consecutivas, una especie de fotografía estroboscópica o una serie de fotografías tomadas a gran velocidad e impresas en un solo plano. Los futuristas llevaron a cabo una apología de la modernidad y la modernidad a partir del canto a la máquina y la velocidad, además del desprestigio a la tradición.

Por otra parte, y con tendencias bastante fuera de lo ordinario, se llamó “Dada” a las creaciones “antiartísticas” de un círculo organizado en Zúrich en 1916 alrededor del Cabaret Voltaire.

Pretendían manifestarse contra el horror de la Primera Guerra Mundial, a través del absurdo y la nada. El azar, las acciones provocativas, la ironía, las excentricidades tipográficas y el uso de técnicas industriales de forma inusual, llegaron a provocar mediante el “Dada”, el escándalo y la burla de los valores establecidos. Este movimiento tuvo un impacto mundial y una rápida expansión.

El surrealismo por su parte, se relaciona con el intento de huída de la realidad. Ésta la logran mediante la observación del subconsciente y de las posibilidades constructivas del sueño, su forma de expresión debía ser el automatismo puro, sin límites morales o estéticas. Pretendían expresar de cualquier manera el funcionamiento del pensamiento, dictado por el pensamiento, sin control alguno de la razón. Su modo de expresión induce a la abstracción y la eliminación de un referente entendido como “real”.

Si bien todas la vanguardias fueron por demás criticadas, pues rompieron por completo con los cánones estéticos que venían preestableciéndose desde muchos siglos atrás, sin embargo cada uno de estos movimientos artísticos, o al menos muchos de ellos, fueron parte-aguas para nuevos cánones que hoy en día aceptan y valoran las academias de arte, de la misma manera en que valoran los estilos clásicos. Esto sólo nos demuestra que un canon simplemente depende de la aceptación que la sociedad tenga hacia los nuevos movimientos artísticos y que si alguno de estos no es aceptado completamente al principio de su aparición no es garantía de que posteriormente no pueda imponerse con más fuerza ante la perspectiva del ojo humano y que a través de más disciplinas artísticas se representen sus principios y estilos.