Esperanzador mensaje del Papa a la niñez mexicana

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Carlos Olvera

Guanajuato, Gto. 24 de marzo de 2012.- En el centro de Guanajuato, el papa Benedicto XVI, ante cientos de niños y jóvenes que llegaron de varios puntos de la república mexicana, pidió cuidar a los niños para que nunca se apague su sonrisa y puedan vivir en paz y vean el futuro con confianza.

En un balcón de la Casa Rul, el papa Benedicto XVI lee su mensaje a los niños (Foto: Especial)

Los menores, en pleno corazón del Centro Histórico, dieron una efusiva bienvenida a la capital del estado al papa Benedicto XVI, reunidos en la Plaza de la Paz, luego que el Pontífice hizo un recorrido de más de 6 kilómetros en el papamóvil.

En medio de un repique de campanas de la Basílica y la ovación de los pequeños, casi una hora después de la reunión que sostuvo con el presidente Felipe Calderón en la casa del Conde Rul, el Papa salió al balcón y saludó a los niños.

Al inicio de su mensaje Benedicto XVI se dijo contento “de poderlos encontrar y mirar sus rostros alegres en esta plaza. Ustedes ocupan un lugar muy importante en el corazón del Papa”.

Sus palabras fueron para todos los niños del país, en especial “aquellos que soportan el peso, el sufrimiento del abandono, la violencia, del hambre en estos meses a causa de la sequía que se ha dejado sentir fuertemente en algunas regiones”.

También les agradeció la alegría y la festividad “porque eso es importante. Dios quiere que seamos siempre felices”, añadió interrumpido por la ovación de los presentes.

En la Plaza de la Paz, a la que llegaron no solo niños catequistas, sino también jóvenes y varias familias de otras entidades de la República, Su Santidad pidió dejar que el amor de Cristo, cambie nuestro corazón porque así “podremos cambiar el mundo”.

En su alocución destacó que “la Paz es un don que viene desde lo alto” y deseó que este don acompañe a todos los mexicanos por lo que hizo un llamado a que cada uno se convierta en un sembrador de la paz “de esa paz por la que Cristo entregó su vida”.

Les pidió seguir el ejemplo de Cristo y tenerle por amigo, como alguien que “al mal no se le responde con el mal, más bien que debe ser un instrumento del bien, heraldo del perdón, portador de la alegría, servidor de la unidad y quiere escribir en sus vidas una historia de amistad”, señaló.

Benedicto XVI indicó a los pequeños que “no hay edad para amar y servir» y mencionó que no están solos y rezará por ellos, en reciprocidad pidió que recen por todos y por él. “Yo rezaré por ustedes para que México sea un lugar en que todos los niños vivan con serenidad y armonía», aseguró.

Al término de este su segundo mensaje en Guanajuato, el Sumo Pontífice se despidió en medio de la ovación y cantos de los niños y jóvenes que inundaron desde temprana hora la Plaza de la Paz de la capital del estado.