Candil de la Calle

Desengaño

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Es muy raro que nadie caiga en el abismo del desengaño sin haberse acercado voluntariamente a su orilla.

Concepción Arenal

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Director de Fiscalización del municipio (Foto: Archivo)

Es poco lo que el Director de Fiscalización del Municipio, Genaro Barba Uribe, puede decir en su defensa después de que es evidenciado y exhibido y no le queda más remedio que admitir que ha dado (a nombre del gobierno municipal) permisos para peleas de gallos.

Permisos que no puede ni debe dar.

“Pero no para apostar”, es más o menos lo que aduce el funcionario, sostenidamente polémico y sostenidamente retenido al frente de una de las más delicadas y controversiales áreas de la administración municipal, fuente inagotable, de forma recurrente… de corrupción.

Las historias han corrido previamente, pero un empresario gallero de nombre Armando Alcántara las aterrizó en los rumbos de San José de Tránsito y la comunidad de San Isidro, donde según su dicho público se organizan peleas de gallos con apuestas, y en esta organización participarían funcionarios públicos… que laboran en la Dirección de Fiscalización.

“Se vende cerveza, se cobra la entrada y hay cruce de apuestas”, fue el dicho del empresario, quien aseguró tener en sus manos las pruebas suficientes para mostrarlas al Presidente Municipal, en caso de que éste decidiera tomar cartas en el asunto.

Estas peleas, punto medular del asunto, no cuentan con el permiso de la Secretaría de Gobernación, sino que son disfrazadas como si se trataran de una exhibición de gallos.

Para el día 5 del mes, se sabe que el alcalde Édgar Castro Cerrillo anuncia la intervención de la Contraloría Municipal para iniciar una investigación a partir de la denuncia del empresario gallero que habló de peleas clandestinas solapadas o auspiciadas por inspectores o funcionarios, e incluso, que son del conocimiento del director de Fiscalización, lo que significaría en los hechos, una negligencia.

En ese momento el Edil recordó que la instancia municipal no puede expedir permisos para estos eventos, competencia que corresponde a la Secretaría de Gobernación.

Revisar a fondo la situación y proceder en caso de que se encuentren responsabilidades por parte de empleados o funcionarios municipales, fue su ofrecimiento.

El lunes, Genaro Barba matiza, desvía, justifica o pretende disfrazar una actuación que aparentemente no sería incorrecta o reprobable, con el argumento de que las peleas de gallos no están prohibidas y puede permitirlas… excepto cuando hay apuestas de por medio, que es cuando el permiso sale de Gobernación.

Ah.

Antros nocturnos que permiten impunemente el ingreso de adolescentes; venta de bebidas alcohólicas en las tiendas de conveniencia (sí, las que se reproducen por todos los rumbos de la ciudad, de las gasolineras, a lo largo y ancho del territorio nacional) indiscriminadamente; proliferación de “centros nocturnos” con “acompañantes” en los rumbos del sur del territorio municipal; la comunidad de Puentecilla convertida en enorme giro negro en las noches de los fines de semana (si el director de Fiscalización no lo ha atestiguado, la que escribe sí) dan cuenta del desgaste, la necesidad del alto, la urgencia de revisar desempeños, pedir cuentas.

O hacerse de la vista gorda. Para confirmar las complicidades, algo más de lo que ya estamos hartos todos.