Una Colorada(vale más que cien Descoloridas)

Azul, amarillo o tricolor

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Además del debate sobre la cobertura mediática del propio debate en el nivel presidencial, es poco lo que la ciudadanía puede conjeturar, acerca de las ofertas publicitadas por los diversos candidatos elegibles a todos los puestos el próximo 1 de julio. ¿Qué trascendencia tiene el que Josefina sea diferente? Seguramente lo es al igual que usted, su vecino o su familiar lejano. Un ex-procurador, que no logró abatir el rezago en su anterior responsabilidad, nos dice sonriente que preguntará a la ciudadanía sus anhelos y que de ahí tomará los tres temas más importantes para gobernar. ¿Por qué los angustiados habitantes del DF, debemos seguir pagando la capacitación de políticos sin habilidades idóneas para el puesto? ¿Qué tipo de diagnóstico tienen los cuatro aspirantes a jefe de gobierno sobre la ciudad? ¿No les han bastado los reclamos, las marchas, las conferencias de prensa ciudadanas, oponiéndose a leyes autoritarias y propiciatorias de la corrupción como la de desarrollo urbano y las de giros mercantiles? ¿Harán pagar por sus crímenes en contra del medio ambiente y el asalto a las arcas del erario a los que tienen a la ciudad como si hubiera sido bombardeada? o “negociarán” con empresas, deudores y políticos de otras canchas, para no hacer olas.

En el caso del DF, la gente quiere saber si se retomará el Estado de Derecho en materia de uso de suelo, recuperación de espacios públicos, atención ciudadana y protección de la integridad física de jóvenes expuestos a las drogas en antros donde los meseros le ofrecen sin recato a un adulto “atontar a la joven” que supuestamente le ha gustado, lejos de imaginar que se trata del padre esperando a su hija.

Los profesionistas universitarios que se ven obligados a vender ropa usada, garnachas o fayuca en el tianguis o a manejar un taxi, esperan la apertura de espacios laborales dignos, y los informales quieren saber cómo tendrán acceso a la seguridad social y todo lo que la formalidad conlleva en base a salarios con valor adquisitivo y no en limosnas disfrazadas de becas y apoyos por soltería o desempleo. ¿A cuántos conoce que han sido rechazados en una entrevista laboral por estar sobrevaluado, ser demasiado joven o estar muy viejo? Reforma laboral dicen todos. ¿Vale la pena seguir polemizando y moviendo el lodo, sino no hay empleo? Gobernaré con Ustedes —refriéndose a la ciudadanía—. ¿De verdad me van a dar facultades de gobierno? o esta frase simplemente encubre la irresponsabilidad gubernamental que hemos sufrido cuando menos los últimos 15 años. ¿Cuántos funcionarios de todos los niveles conoce Usted que son totalmente disfuncionales por el temor a cometer errores? ¿Por qué si ellos reciben un ingreso, nosotros debemos decirles cómo operar un proyecto barrial, los planes o métodos de siembra agrícola o la comercialización de productos de toda índole? “Si no pueden, que renuncien” ya se les dijo a propósito de la habilidad necesaria para garantizar la seguridad física de una ciudadanía que parece tener como único destino seguro el secuestro y la muerte prematura; y muchos podemos decir ahora “¡Si no saben, para que pretenden legislar o gobernar!”.

En el pacto social, mediante el cual el individuo cede parte de sus libertades para que otro organice al grupo, lo deseable es que este sacrificio redunde en mejor calidad de vida, armonía y desarrollo para todos; el hecho de que los electos sean deshonestos e incompetentes, propicia el inmovilismo de una burocracia temerosa de ser señalada, perseguida o cesada y apenas los más cínicos se blindan brincando de puesto en puesto, ofreciendo dádivas insultantes y convirtiéndose en cómplices de poderes fácticos satisfechos con aumentar sus ganancias, mediante la manipulación permanente de circos tan bestiales como los del imperio romano; aunque ahora en vez de leones, la aniquilación sea con un balón, denostando la educación, espantando —en vez de orientar— con la exhalaciones del Popocatepetl, aturdiéndonos con la repetición irracional de las baladronadas de un presidente, los spots de candidatos y el imaginario de la telenovelas.

Por supuesto que el ciudadano desea recuperar el derecho a ser escuchado; pero esto no debería ser solo un eslogan de campaña, sino la base de un diálogo permanente, roto desde hace varios lustros por gobiernos cuyo propósito parece ser, despoblar el país, para entregar la riqueza —minera, energética, natural, de espacio turístico, aéreo y naval, cultural, etc.— al capital sin patria, los oligopolios, las oligarquías y la plutocracia.

Cuando una sociedad, se ve constreñida a ocultarse en su casa o buscar una cueva para sentirse segura, el único futuro predecible, es la extinción o la rebelión. Ojala que quienes pretenden gobernarnos los próximos seis años, cuenten con la experiencia suficiente para evitar estos dos escenarios, manejando los asuntos públicos, con honestidad, eficacia y la humildad suficiente para caminar las calles, sin el resguardo de guaruras, como lo hacemos todos los días ¿Que se requiere valor?, ¡Por supuesto!, el valor que da una trayectoria permanente de servicio como el que anónimamente hacen muchos mexicanos a los que hoy se les pide dictar la parte más importante del trabajo que los candidatos deben afrontar. El cimiento del futuro gobierno está en lo que la ciudadanía quiere, preguntarlo ahora es estar fuera de tiempo, no ponerlo a funcionar a partir del 1 de diciembre será el seguro derrumbe de la mitad que aun nos queda de lo que fue nuestra patria