La batalla más difícil la tengo todos los días conmigo mismo.

Napoleón

“Mi querida amiga… sin el sindicato, la reforma educativa sería imposible, nadie mueve tantos espíritus como el sindicato… mi querida amiga”, dice en por lo menos un par de ocasiones Josefina Vázquez Mota, la que fuera Secretaria de Educación Pública, en un discurso que para su pesar y la ignominia de la mentira, sale a relucir ahora en una serie de mensajes grabados ¿por quién cree? Pues por órdenes de Elba Esther Gordillo Morales, la misma que ha advertido que el próximo presidente no podrá gobernar sin el SNTE. Lo que suena más bien a que no podría gobernar… sin ella.

“Josefina Vázquez Mota, la mentira se te nota”, concluye el mensaje que, aunque no será divulgado por medios masivos como la televisión —porque el SNTE y cualquier instancia de este tipo están impedidos para difundir mensajes pagados que incidan en el voto del electorado o ataquen a candidatos y partidos en campañas— sí sería multiplicado a través de todos los recursos que tiene el magisterio a lo largo y ancho del país, de acuerdo a la instrucción girada.

Esta es la réplica que surge tras los mensajes publicitarios de la candidata del PAN a la presidencia, Josefina Vázquez Mota, en los cuales se exhibe un concepto reduccionista que elogia a “los buenos maestros que están en las aulas” y se denuesta “a los malos maestros que toman las calles en lugar de enseñar valores”.

Vázquez Mota, en obvio ataque de amnesia, hace a un lado aquellos pactos por los cuales, desde la Secretaría de Educación, mantuvo el status quo o el establishment en términos de los privilegios, nivel de negociación y de toma de decisiones permitido al SNTE y específicamente a su lideresa Gordillo, su “buena amiga”, como la llamó en el discurso videograbado que por lo pronto ya se reproduce en Facebook.

“Peña Nieto ya pactó con ella”, dice la candidata en uno de los mensajes que en mi opinión, más la debilitan en cuanto a que la exhiben en plena incongruencia con su postura y la relación que mantuvo con Elba Esther Gordillo desde el gobierno federal.

Hoy por hoy en México pocos ponen en duda la relación soterrada —ahora disfrazada de la candidatura de Gabriel Quadri con Nueva Alianza, el partido de Gordillo y de su SNTE— de la poderosa Elba Esther y Enrique Peña Nieto. Pero la tierra de por medio que ahora quiere poner Vázquez Mota, metida en su discurso contra la corrupción y los personajes nefastos del lado priísta, es arena movediza que la traga con todo y sus palabras.

P.D. Como no amerita más de unas cuantas líneas, llamo la atención a los “liderazgos” de colonos de que se ha rodeado el candidato del PRD a la Alcaldía, Ricardo Herbert, y su cuestionable manera de operar.

A mi casa se presentó una joven con camiseta amarilla y el logo del partido del sol azteca para “hacer una encuesta”. Comenzó a llenar una hoja preguntándome cuáles eran mis peticiones en materia de seguridad, alumbrado, limpieza, vivienda. Al final, me pidió mi firma, a lo que me negué. Vi entonces que la hoja decía en el encabezado “Peticiones ciudadanas al candidato”, y el nombre de Narciso Sánchez como coordinador general. Sánchez es colono en Las Biznagas, lleno de conflictos con los vecinos y metido hasta el cuello en los problemas legales que viven los ocupantes de esa colonia tras la tranza de Manuel Bribiesca con ésta. Le eché en cara su mentira a la joven, y cerré mi puerta.

A otro elector con ese hueso.