Josefina Temín en el Museo Iconográfico del Quijote

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Redacción

Guanajuato, Gto. 19 de junio de 2012.- Josefina Temín es una artista que experimenta con los materiales. Ha dedicado su empeño en darle vida al papel, al metal y ahora se afana en la ligereza de la lámina.

Promocional de la exposición de Josefina Temín (Foto: Especial)

En su larga trayectoria como artista plástica —labor a la que se ha dedicado por más de treinta años—, ha realizado alrededor de cuarenta exposiciones individuales y más de sesenta colectivas, todas ellas repartidas por el ancho territorio mexicano, además de otros países, como Estados Unidos, Colombia, Portugal, Costa Rica, Israel, Holanda, Austria, Alemania e Italia.

Con el interés de compartir sus conocimientos y pasión por el arte, se ha dedicado a realizar talleres para adultos, pero son especialmente los niños con quienes le gusta trabajar, siempre en un entorno de reflexión.

Sus piezas forman parte de colecciones privadas, así como de museos; aunque la vía pública  también es escenario para su producción escultórica: Naucalpan y San Bartolomé, Estado de México; Jalapa, Veracruz; Mérida, Yucatán; Monterrey, Nuevo León, y Ciudad Colón, Costa Rica, son ciudades donde se encuentran algunas de sus obras.

Josefina nos cuenta que cuando trabaja con papel, lo hace en soledad, silencio y privacidad: es un arte pulcro y solitario. En cambio, el trabajo del metal es social y bullicioso, completamente ligado al quehacer compartido en el taller del laministero, de allí que haya encontrado en él un complemento ideal a su larga experiencia transformando materiales. La manipulación de la lámina se ha convertido en su mayor reto en esta etapa de su quehacer artístico, por este motivo pasa gran parte de su tiempo en la ciudad de San Miguel de Allende, Guanajuato.

Ayudada por la destreza de los artesanos que han heredado de familia el oficio, comprendió la naturaleza de las delgadas láminas, sus dones, sus reflejos; la composición y aleación de sus elementos; la particularidad de los colores, los destellos y las soldaduras. Se adentró en buscar láminas antiguas y rescatarlas de bodegones. Entre charlas, en largas horas en el taller, en la casa del artesano… poco a poco fue enamorándose del metal, a la vez que aprendió a valorar el quehacer ancestral de las manos y palabras de los laministeros. Josefina les robó sus secretos, para luego serles devueltos junto con la amistad y el reconocimiento mutuo.

Con este conocimiento y con el sello de la labor compartida, es que Josefina Temín ha dado vida a la hermosa colección que hoy nos presenta en esta Sala Guanajuato del Museo Iconográfico del Quijote, donde cada mes y medio presentamos magníficas producciones artísticas realizadas en nuestro terruño.