Candil de la Calle

Doña Bárbara

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La falta de generosidad al vencer disminuye el mérito y los frutos de la victoria.

Giuseppe Mazzini

Bárbara Botello (Foto: Especial)

El panismo lame sus heridas.

No haya qué hacer ante y con el triunfo oficial de Enrique Peña Nieto, en medio de una apabullante exhibición de la cooptación del voto por la dádiva, ilegal para muchos pero no para quienes creen que así se acostumbra a sobrevivir en México.

De gira por acá, el presidente Felipe Calderón le restriega a Fox en su tierra ajena que fue más generoso que éste con los guanajuatenses en su sexenio.

Mientras todo eso sucede, Bárbara Botello Santibáñez incursiona en los pasillos del Palacio Municipal de León acompañada de sus hombres fuertes, sus colaboradores más cercanos, operadores de su campaña: Martín Ortiz García y Luis Fernando Gómez Velázquez.

Entrada triunfal para ella, para el PRI. Para León y los leoneses, lo veremos.

Qué lejanos aquellos días del 2009 en que, avasallante aún la ola azul—aunque con fisuras que se agravaron tras la fallida candidatura de Miguel Salim en ese momento y los compromisos adquiridos para que éste, ISSEG mientras tanto, se esperara para la otra— Bárbara debió apechugar derrota.

No iba ella a la segunda vuelta por la candidatura en esta ocasión, como ya se sabe. Sus fichas estaban acomodadas en una candidatura al Senado, que se veía complicada en Guanajuato pero no imposible por esta ficción construida que se llamó “efecto Peña Nieto”… o es era el juego a jugar, las fichas estaban ocultas, las cartas boca abajo sin mostrar el verdadero juego que llegó, finalmente, con la postulación que la llevó cara a cara con Miguel Salim.

A esa historia pasada y conocida le sigue el presente y el futuro a corto y mediano plazo de la alternancia en León.

Guanajuato capital ha tenido la experiencia de alcaldías encabezadas por el PRI, el PDM, el PAN, el PRD, la alianza PRI-PRD.

Al menos en el membrete.

Los resultados no han sido los mejores, hay que decirlo.

Escucho con frecuencia, desde tiempos de las campañas, que cualquier cosa puede ser mejor para León que seguir bajo la anquilosada y corrompida estructura del panismo que vive y sobrevive del partido y del gobierno; se acostumbró a ello y mandó los principios y doctrina del bien común de vacaciones, al estilo Fox.

No lo sé, no lo creo. No ocurre así en todos los casos.

Hay elementos a los que de antemano se conceden muchos méritos.

Martín Ortiz es uno de ellos, y además de estar apuntado como virtual Secretario del Ayuntamiento —con todas las confianzas y responsabilidades que ello implica para este municipio que rebasa en mucho el millón de habitantes—, es visto desde ya como el prospecto tricolor para la siguiente candidatura, la que no querrán perder por nada del mundo, la que el PAN querrá arrebatar por todo en el mundo.

Pero sobre la misma Bárbara Botello, tengo mis dudas. Muchas. Me atengo a los hechos de su paso por la Legislatura. Mucho ruido y pocas nueces; contradictoria, incongruente con el manejo de la agenda a favor de las mujeres, gustosa de los reflectores pero inconsistente en sus posiciones y en su trabajo.

Así la vi. Por el bien de los leoneses, el beneficio de la duda es necesario.

¿La nueva Bárbara y el nuevo PRI?

Quiero ver.

*

Verónica Espinosa es periodista. Ha desarrollado una importante trayectoria en medios impresos y electrónicos de la región desde hace ya varios lustros. Actualmente es corresponsal del semanario Proceso en el estado. Con más de una década de emisiones radiofónicas a sus espaldas, Candil de la Calle, prestigiada columna de opinión, análisis y crítica política ahora llega cada miércoles a través de igeteo.mx por escrito, para descubrir la desnudez de la política y la observación acerada sobre la cosa pública.