¿Sucedió?

Las olimpiadas de México 68 (2)

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En todo el mundo se manifestaban preocupaciones por los posibles efectos adversos que la altura de la Ciudad de México tendría en los atletas, y, por lo tanto en los récords pues era la primera vez que los juegos se celebrarían en una sede a más de 2 000 m sobre el nivel del mar.

Satélite "El Pájaro Madrugador" (Foto: Especial)

También fue la primera vez en la que el relevo final para transportar la llama olímpica de Atenas a la sede y encender el pebetero fuera cubierto por una mujer: Queta Basilio.

Previamente, en una de las escalas del periplo de dicha flama, en Teotihuacán, se llevó a cabo un espectáculo de danza, luz y sonido que ensalzaba el pasado prehispánico de nuestra nación y que se transmitió sincrónicamente (en el momento en el que estaban sucediendo) por televisión a todo el orbe y a color…

digo esta aparente perogrullada (así lo parecerá a los jóvenes de 30 años o menos), porque si bien las primeras olimpiadas que se transmitieron sincrónicamente, gracias al satélite Pájaro Madrugador, fueron las de Tokio 64, tocó a los de México 68, ser los primeros en transmitirse a color, situación que llenó de orgullo a los mexicanos, además de motivarlos a incrementar sensiblemente la venta de televisores, sobre todo porque existía el aliciente adicional de que en 1970 se celebraría en el país el campeonato mundial de futbol, que a su vez fue el primero en transmitirse a color.

He aquí otros hechos que significaron especialmente a los juegos del 68:

  • Pese a que no era la primera, México difundió con gran entusiasmo la celebración de la Olimpiada Cultural, que duró todo el año olímpico de 1968 y en la cual se inscribió el espectáculo de Teotihuacán arriba comentado.
  • Como fruto de dicha Olimpiada Cultural, podemos aun ver las esculturas que los países participantes donaron a la ciudad sede y que dieron lugar a la llamada Ruta de la Amistad, en Periférico sur, claro algunas de ellas ya están deterioradas o han sido parcialmente tapadas por los edificios circundantes, merced al incesante crecimiento de la mancha urbana.
  • Los espectáculos  y funciones que se inscribieron en la Olimpiada Cultural México 68 provenían de todos los puntos del orbe e incluían, entre otras manifestaciones del arte y la cultura: teatro, danza, cine, pintura, conferencias, etc., etc.
  • Los juegos iniciaron en la emblemática fecha que celebraba el aniversario del descubrimiento del Nuevo mundo en 1492… el 12 de octubre, el coloquialmente llamado “Día de la Raza”.
  • Ese año olímpico estuvo plagado de movimientos sociales alrededor del mundo: como el que dio lugar a la llamada Primavera de Praga, el estudiantil francés y México no fue la excepción; su movimiento estudiantil, de gran influencia en el mundo y cuyas repercusiones aún podemos sentir, fue apagado a sangre y fuego —en otro sitio icónico del país: la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco— tan sólo 10 días antes del inicio de los juegos, hasta ahora llega la proclama: ¡2 de octubre, no se olvida!
  • Por primera vez en la historia, México se hacía con 6 medallas olímpicas: 2 de oro, 2 de plata y 2 de bronce, lo que hacía recordar al primer medallista olímpico mexicano: Paco Cabañas quien pagándose su propio pasaje en ferrocarril, pasando las de Caín, y contra todos los pronósticos, obtuvo una medalla de plata en boxeo en la olimpiada de Los Ángeles 1932.
  • Una de las medalla áureas correspondió a el Tibio Muñoz (actual presidente del Comité Olímpico Mexicano) en los 200 m de pecho en natación, está de  más mencionar el júbilo y la algarabía que provocaron.
  • Se rompió un número récord de récords olímpicos.
  • Sin pena ni gloria hizo su aparición Mark Spitz, el súper nadador estadounidense que en la siguiente olimpiada (Munich 72), pulverizaría varios récords y se colocaría como un multimedallista.
Escultura de Jorge Jorge Dubón (1936-2005) en la Ruta de la Amistad (Foto: Especial)

Para calibrar cabalmente todo lo que en el imaginario colectivo significó la olimpiada mexicana, conviene fijarse enlo que el mundo vivía en aquellos días.

Era la edad de la inocencia. La psicodelia, el movimiento hippie y otros ya mencionados, daban cuenta de que los jóvenes aspiraban y —lo toral— creían que era posible un mundo mejor. La Revolución cubana era un  hito y aunque Castro ya tenía 9 años en el poder, aun no se convertía en dictador.

México tenía una política exterior impoluta y recta, pugnando por la no intervención y la potestad de cada pueblo de decidir el tipo de gobierno que quería darse, por eso la torre de Tlatelolco, asiento de la diplomacia mexicana, se construyó como una metáfora de dicho concepto: esbelta y recta con fachadas de mármol blanco.

Lo que a la postre le ocurrió a la misma torre fue a su vez otra metáfora, pues se fue sumiendo y ladeando… ¿igual que la política exterior del país?

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O.A. Morales. Esforzado nadador y ciclista ocasional, muy temprano dejó su natal Guanajuato para avecindarse en la delegación Gustavo A. Madero del DF. Su experiencia de más de cuatro décadas, ha girado alrededor de temas de calidad, comunicación y educación,   abarcando los sectores público, privado y social.  Comunicólogo y maestro en Ingeniería de la Calidad, es locutor, periodista y docente en licenciatura, maestría y extensión universitaria. Amante del arte, disfruta particularmente de las artes escénicas y la literatura. Vive enamorado de las palabras y las imágenes.