¿Sucedió?

Las olimpiadas de México 68

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Mexico 68: señalética (Foto: Especial)

Si las elecciones y sus secuelas nos lo permiten, será momento de fijarnos en los Juegos Olímpicos de Londres. Y vaya que hay tela de donde cortar en el asunto de las olimpiadas, pues, para empezar, México ya fue sede de unos juegos olímpicos: los correspondientes a la XIX olimpiada, que siguieron a los de Tokio 1964, los cuales pasaron a la historia, entre otras cosas, gracias a que el estadounidense Bob Hayes, por primera vez rompió la barrera de los 10 segundos en la prueba reina del atletismo, los 100 metros planos.

La olimpiada de México se vendió al mundo con la marca , concebida y desarrollada por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez[1], quien fungía como presidente del Comité Organizador de los juegos (debido a que la enfermedad que sufría el ex presidente Adolfo López Mateos le impidió desempeñar ese papel).

Antes de continuar, merece la pena que hagamos algunas aclaraciones:

  • Como lo notarán los puristas, estoy usando indistintamente las expresiones que se detallan a continuación, como si fueran sinónimos: juegos olímpicos, olimpiada y olimpiadas, siendo que en rigor, la primera alude a las competencias que suceden cada cuatro años (como las que en breve iniciarán en Londres) y la segunda (olimpiada), al lapso de cuatro años que transcurre entre unos juegos olímpicos y los que inmediatamente le siguen; la tercera expresión (olimpiadas), se refiere a la suma de ellas.
  • Y hago lo anterior en función de que así se expresa la gente en su habla cotidiana, además de que sería muy engorroso (tanto para el suscrito como para los posibles lectores) ceñirse rigurosamente a la terminología olímpica.
  • El Comité Olímpico Internacional (COI) otorga la sede de los diferentes juegos a las ciudades, no a los países, sin embargo, el lenguaje coloquial recoge el tema como si las sedes fueran los países.

De muchas maneras quiso descollar México en el exclusivo club de países con, al menos, una ciudad que hubiera organizado, también al menos, unos juegos olímpicos: sumaban 12 (nuestro país se convirtió en el número 13, y como mera curiosidad, diré que en la actualidad, esa cifra llega a 18).

El país festinó hasta el cansancio que se trataba de la primera olimpiada que  se celebraba en el subcontinente iberoamericano y en algún país de habla hispana.

Las acciones, formas, hechos que quisieron significar especialmente la olimpiada de México serán el tema de esta columna el próximo domingo.

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[1] La idea fundamental de la señalética era que no se tuviera que recurrir a ninguno de los idiomas oficiales del Comité Olímpico Internacional: inglés, francés y español (pues se toma el del país —ciudad, en realidad— sede), para señalizar los sitios donde se celebraron las competencias de las diferentes disciplinas olímpicas.

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O.A. Morales. Esforzado nadador y ciclista ocasional, muy temprano dejó su natal Guanajuato para avecindarse en la delegación Gustavo A. Madero del DF. Su experiencia de más de cuatro décadas, ha girado alrededor de temas de calidad, comunicación y educación,   abarcando los sectores público, privado y social.  Comunicólogo y maestro en Ingeniería de la Calidad, es locutor, periodista y docente en licenciatura, maestría y extensión universitaria. Amante del arte, disfruta particularmente de las artes escénicas y la literatura. Vive enamorado de las palabras y las imágenes.