Desde y partir de la revolución industrial la climatología en las grandes ciudades ha mostrado lluvias por arriba de lo normal durante los fines de semana y la búsqueda de una explicación los estudiosos del clima hoy en día han llegado a determinar algunas conclusiones.

Al revisar los datos de las grandes urbes, se determinó que la concentración de partículas de origen contaminante se convierten en gérmenes de lluvia que al encontrar una mayor estabilidad y por lo tanto una menor saturación, pudieron concentrarse y generar una gran cantidad de masas nubosas que al encontrar una importante maduración se manifestaron en grandes lluvias.

Esta manifestación de la naturaleza nos demuestra que nuestro medio ambiente busca rehacer el daño que los seres humanos pensantes y modernos hemos provocado. Por lo tanto se concluye que al bajar las emisiones de contaminantes durante los fines de semana y que ante una menor circulación de automóviles y menor actividad de las fábricas debido al descanso de los obreros, las conclusiones tienen una lógica en cuanto a las lluvias torrenciales en los fines de semana.

No hay duda que los seres humanos alteramos los ciclos de lluvia normales y con ello pagamos las consecuencias reflejadas en las inundaciones que se dan en las grandes ciudades.

¿Hasta cuándo entenderemos que no debemos atentar contra el medio ambiente en la forma tan irracional como lo hacemos?

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Nativo de Guanajuato, se inició en la meteorología a la edad de 17 años con Luis Miguel Campos Castillo. Trabajó con el Ing. Miguel Izaguirre Mendoza responsable de la meteorologia, sismologia y astronomía de la UG. Fue jefe del observatorio ante la ahora desaparecida SARH. Su formación la adquirió con el Servicio Meteorológico Nacional y dentro del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua con sede en el estado de Morelos. Ingresó a la CONAGUA en 1991 y hasta el 2007 como instructor y jefe del Observatorio Meteorológico de Guanajuato. Forma parte del personal de la UG desde 1982.