Una Colorada(vale más que cien Descoloridas)

¿Que celebramos?

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2 de Octubre, ciudad de México (Foto: Especial)

Era 1965 y en el grupo dos de la facultad de derecho de la UNAM, los alumnos llevaron un mariachi para celebrar el cumpleaños del maestro Luis Recasens Siches[1]. Acto seguido de otra de las aulas, salió Floris Margadant, de origen holandés, irrumpiendo en el sitio del festejo para exclamar airado “Los pueblos menos desarrollados, se caracterizan por el exceso de fiestas, un buen ejemplo de ello es España”. Por un momento “los mariachis callaron”, los alumnos —entre ellos José Francisco Ruiz Massieu— enmudecieron, el festejado miró a su colega sin chistar y luego de superada la sorpresa todo mundo regresó al jolgorio.

Así es México, celebramos por un juego de futbol, aun cuando la selección nunca gane; quemamos cuetes en todos los barrios de la ciudad o los pueblitos, por cualquier miembro santificado en la corte celestial, aun cuando las consecuencias sean contaminación, riesgo de accidentes y clara violación de las leyes que regulan el uso de explosivos. Si de fiesta se trata lo mismo es el informe del ejecutivo —que de evento cívico se convirtió en fiesta privada aunque pagada con las contribuciones del pueblo— que la sucesiva pre- inauguración[2] de un transporte colectivo como el “metro” o la “desbordante alegría que produce el ejercicio” cuando —con cámaras de televisión de por medio— los funcionarios bajan de su auto blindado para recorrer unas calles en bicicleta. Pan y circo, se atribuye a la Roma imperial como una forma de mantener al pueblo manipulado, callado, sometido. Así sigue siendo luego de varios siglos de evolución que parece estar dando paso a una involución masiva ajena a los beneficios de los importantes avances científicos y tecnológicos.

¿Supimos de alguna guerra —internacional, regional o de grupos internos en una sociedad— que haya concluido el pasado día de la celebración mundial de la Paz? ¿Algún comerciante de alimentos chatarra hizo —la semana pasada en el día mundial del corazón— una declaración honesta admitiendo que en buena medida los problemas cardíacos se deben a su basura? ¿Quién ha hecho un alto para arrepentirse del exceso de azúcar en bebidas gaseosas que producen diabetes y cuya causa también ha sido motivo de celebraciones?

Hoy primero de octubre, 16 delegaciones de la ciudad de México y muchos municipios del país, tendrán fiesta. El pretexto simple y llanamente, cambio de estafeta. Se van los delegados o presidentes municipales que nos atosigaron, con su ineptitud, corrupción y protección impune a los cómplices que dentro y fuera del gobierno les mantuvieron y; llegan los nuevos, los electos, los mejores. Estos repetirán promesas, “no a los giros negros, respeto al uso de suelo, cero tolerancia los delincuentes… No… Prometo…”

Cual circo romano, estarán ahí las huestes que acompañan al becario, el adulto mayor o la madre soltera comprometida a llevar 20 o 30 paleros. Buscarán la primera fila los interesados en ser elegidos como parte de la corte. Los “festejadores” dejarán vacía la banca del aula, el escritorio de la oficina donde sirven o el mostrador de la empresa que le ha contratado. ¡Es la toma de protesta! eso no ocurrirá sino hasta dentro de tres años, debemos ir, con nuestra ausencia quizá la fiesta se arruine.

Aquellos que manifiesten su inconformidad por el uso de plazas públicas como auditorio, los jardines como espacio para venta de garnachas, globos y camisetas y las calles como vía exclusiva para los invitados, seguramente serán calificados de burgueses, conflictivos e intolerantes. Incumplir la ley que determina la esencia y uso de los espacios públicos, ¡Por Dios! son payasadas de los constitucionalistas, somos un país libre, cada quien puede hacer lo que le venga en gana y si además se cuenta con la investidura de poder, hasta el abuso se justifica ¡se trata de proteger al nuevo ungido! cuidar que no me corran de mi chamba y relajarse, a fin de cuentas es San Lunes.

¿Que tenemos bajos índices de lectura, matemáticas y aprovechamiento académico en general? Tiene la culpa la maestra. ¿Que no hay planeación, ni programas idóneos, para dar orden al caos administrativo que nos agobia? Se debe a los políticos ¿Que las calles son un muladar, cada pared es grafiteada, y cada esquina considerada basurero? ¡Es la ciudadanía mugrosa! ¿Qué la impunidad no tiene parangón y titulares de dependencias responsables de dispendios como las celebración del bicentenario y la construcción de la estela de luz, el centro Elena Garro, la cineteca, el conservatorio y muchos otros, continuarán su vida como si nada y en un descuido hasta los ratifican? Bueno esto es México, si los castigan en realidad seguirá sin pasar nada.

Mañana es dos de octubre, celebraremos que “No se olvida”. Ni los organizadores, ni mucho menos los asistentes, saben a ciencia cierta lo que ocurrió un día de esa fecha pero de 1968. Para los gobiernos es una forma de catarsis. Que se desfoguen los 132 (por igual lo estudiantes que los que los aun libres de los 132 fugados de un penal), que todos festejen, al fin y al cabo la vida es corta y la felicidad, aunque sea momentánea, lo justifica.

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[1] Filosofo del derecho, se exilió en México por la Guerra Civil Española y fue maestro de la UNAM, en diversa materia como sociología del derecho.

[2] El jefe de gobierno ha utilizado las pre-inauguraciones de la línea “dorada”, cada vez que le hacen saber de la baja de su popularidad en los indicadores de medio.