Guanajuato, Gto.08 de febrero de 2013.- Al menos tres ocasiones han solicitado la intervención de la Procuraduría de los Derechos Humanos de Guanajuato (PDHG) las mujeres indígenas que venden artesanías y plata en el centro de la capital.

La vendedora Estela Felipe Aniceto indicó que esta semana pidieron el apoyo de la institución por los maltratos que reciben por parte de los inspectores de la Dirección de Fiscalización y Control porque no las dejan vender sus productos
“El año pasado (en julio) también pusimos una queja porque hay unos inspectores que son groseros y nos dicen cosas como ¡órale levántense ya!, o nos gritan cosas”, señaló.
Las 19 vendedoras se movilizaron porque el Gobierno Municipal advirtió que no permitirá el comercio semifijo o ambulante en la zona centro, entre el Jardín Unión y la Plaza de la Paz, por la saturación de vendedores.
Las mujeres tienen varios años establecidas en la capital, e inclusive algunas tienen locales en la Avenida Juárez en donde venden los mismos productos. En la plaza hay dos grupos unas provienen de Puebla y otras Guerrero, son mazahuas y otomís.
Estela Felipe Aniceto señaló que al menos hay tres inspectores que les faltan al respeto constantemente y les ha dicho que si ellos no se dan a respetar como servidores públicos, ellas tampoco los van a respetar.
Mencionó que a la fecha han interpuesto tres quejas ante la Procuraduría de los Derechos Humanos de Guanajuato y han tenido respuesta a esas demandas.
Dijo que en esta ocasión desde noviembre están solicitando el permiso que es provisional y que se renueva cada mes, para trabajar en el Jardín Unión a la Plaza de la Paz, de hecho reconoció que “sí nos dejan vender, pero nos mandan para debajo de la Plaza de la Paz, hasta la Estación, por la parte contraria desde El Campanero hasta Embajadoras”.