El Laberinto

La adolescencia política

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Los papás suelen darse cuenta de que sus vástagos ya han dejado de ser niños pequeños cuando de pronto a éstos les da por llevarles la contra en todo, a esa edad se puede llegar a pensar que la libertad tan sólo consiste en tener la posibilidad de decir que no o de hacer lo contrario a lo que se te pide. Pero si todos los jóvenes mutan del mismo modo, entonces esta conducta se vuelve lo normal, lo deseable e incluso predecible y controlable; tal vez basta con permitir que triunfen en cosas superficiales para darles gusto mientras en realidad siguen estando en el redil.

(Foto: Especial)

Con la disidencia política pasa lo mismo, decir que no y juzgar las medidas adoptadas por el gobierno como malas por sí mismas es igual de ilógico que darle la razón y obedecerlo ciegamente, y no pasa de ser molesto como el hijo que le da por llegar tarde o vestirse con alguna modita impresentable, es decir, que la atención se desvía en supercherías y discusiones ilógicas mientras las cuestiones importantes pasan de noche, los extremos suelen caber muy bien en el mismo recipiente y ser parte de un mismo plano de realidad, en pocas palabras que la medida queda tomada y al final, con roces o sin ellos, se acaba haciendo lo que se manda y punto.

Creer que ser adulto o ser de oposición simplemente consiste en decir que no o en no hacer lo que se te pide recorta las posibilidades de acción de las personas o los grupos políticos, pues se deja que la autoridad ante la cual se pelea diga la primera palabra para ser una respuesta negativa de todo lo que propone, por ejemplo, esperar que mamá pida que te vistas de blanco para ponerte ropa negra te niega la posibilidad de usar el rojo, el amarillo o el azul o te priva de vestirte por completo si tu camino tan sólo es la inacción.

Lo que yo propongo tanto si eres un púber buscando tu identidad como si eres un militante en pie de lucha es abrir el panorama a través del conocimiento de alternativas diferentes y positivas para todos, juega a lo inesperado y si esto afecta o no afecta a la autoridad ¿qué más da? Busquemos lo que cada uno de nosotros en lo individual omo en lo colectivo realmente queremos y no lo que no quieren los demás. Seguro que es la forma más enriquecedora de ser rebelde.