Literaria

El riesgo epidemiológico de contraer la especialización profesional

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El mundo académico actual brinda a los estudiantes con intención de profesionalizarse, una gama inmensa de opciones que crece con el día a día, en cuyo caso los estudiantes preuniversitarios deben tomar una difícil decisión al momento de elegir la carrera que estudiarán, pues la sociedad les plantea que eso es a lo que dedicarán toda su vida.

La cantidad de opciones con las que un futuro estudiante universitario cuenta son, sin duda, muchas; debemos asumir que el mundo ha crecido convirtiéndose en esa gran máquina que es hoy, que por medio de la evolución social cada vez existen más necesidades, más funciones y surge el requerimiento de un individuo especializado en cierta tarea que sea capaz de realizar esas funciones con calidad y cubrir con éxito una nueva necesidad humana y social.

Pero… ¿es acaso que tal diversidad ha llegado al punto de ser inabarcable?, ¿las líneas de especialización se han diversificado y distanciado tanto una de la otra como para que ya no exista ningún tipo de vinculación entre ellas? Tristemente, gran parte de los nuevos profesionistas diría que sí, el mundo profesional y académico ha llegado a tal punto de ensimismamiento que nuestros juicios los hacemos pensando desde una perspectiva adquirida en una universidad, en la que se nos adiestra para resolver los posibles problemas que podamos tener en el mundo laboral y nosotros como estudiantes profesionales decidimos cómoda y ciegamente aceptar esa especialización creyendo que vincular nuestros saberes con otras áreas de conocimiento es una pérdida de tiempo, o por otro lado y más triste aún, llegamos a desacreditar las opiniones sobre el mismo objetivo, si vienen de gente que no está dedicada a nuestra línea de conocimiento.

Sin duda, el académico nuevo está cayendo en un grave error que tarde o temprano la vida laboral le cobrará caro, la nueva perspectiva empresarial del trabajo en equipo, es precisamente la idea de vincular áreas del conocimiento para lograr una visión panorámica y circular de todas las situaciones posibles, no el de tener a un montón de especialistas tan especialistas en su área que sean incapaces de comunicarse en otro lenguaje que no sea el que sus libros de texto les enseñaron durante 4 o 5 años en la universidad. Las empresas actuales buscan apertura al aprendizaje en la práctica, no falsa erudición sobre una visión parcial del mundo, buscan versatilidad y facilidad de vinculación con otras áreas para así poder seguir generando un mundo y un conocimiento integral para un ser humano integral.

No podemos cerrar nuestros horizontes a todas las posibilidades de conocimientos existentes, a todas las líneas de aprendizaje, a las perspectivas múltiples de un mismo fenómeno, debemos abogar por ser profesionistas integrales e integradores de buenos productos y servicios, no por ser falsos sabelotodo que sólo saben hablar de un tema y si se les pregunta de algún otro no hacen más que quedarse callados.

Busquemos la diversificación de nuestras profesiones y convirtámonos por ende en individuos más productivos para una sociedad en cambio y movimiento, no nos dejemos arrastrar por la epidemia de la especialización absurda y coartadora de una visión global del mundo en que vivimos.