Una vida de misterio
Uno de los personajes más emblemático en la literatura de misterio es sin duda Sherlock Holmes, quizá de hecho sea el más famoso de todos, pues es muy conocido por todos aunque no se hayan acercado a ningún texto donde él sea el protagonista.
La apariencia característica, sus frases célebres y su inseparable compañero el Dr. Watson lo han convertido en un ícono digno de imitarse múltiples veces: existen demasiadas referencias acerca de este personaje en la televisión, el cine, la publicidad e incluso en las conversaciones populares cuando la temática detectivesca sale a relucir.
El creativo autor de este personaje es el escritor Sir Arthur Conan Doyle, quien tuvo la estupenda idea de crear la figura de un detective inglés quien a mediados del siglo XIX destaca por su astucia, intuición e inteligencia para resolver los más difíciles misterios y crímenes. Sin duda, este personaje se convirtió en un paradigma para la posterior literatura detectivesca, quizá precedido por el Auguste Dupin creado por Edgar Allan Poe como una influencia principal, aunque este último sin la fama que Doyle adquirió mediante su emblemático personaje.
Las principales características de Sherlock Holmes, además de su astucia e inteligencia sobresalientes, son el desorden, su habilidad para disfrazarse y sobre todo la necesidad de fumar en su pipa para poder concentrarse y llegar a conclusiones, además es poseedor y ejecutante de un violín Stradivarius.
Vive en Londres en compañía de su amigo, asistente y compañero inseparable el Dr. Watson, a quien siempre se dirige de una forma demasiado respetuosa y formal, por medio de sus apellidos.
Sherlock Holmes y Dr. Watson son protagonistas de una serie de cuatro novelas y cincuenta y seis relatos de ficción que son llamados “Canon Holmesiano”, éste fue publicado en su mayoría por la revista inglesa The strand magazine.
La primera novela de Sherlock Holmes fue publicada en 1887 y se tituló El estudio escarlata, mientras que la última compilación de relatos fue publicada por primera vez en 1927 con el título de El archivo de Sherlock Holmes.
Sin duda, Conan Doyle representa una importantísima figura en la escritura detectivesca, su personaje adquirió una fama tal que incluso se hizo más famoso que él mismo.
Este tipo de cosas suelen pasar mucho cuando el personaje cobra demasiada verosimilitud entre los lectores y llegan a creer que se trata de una persona que en realidad existe.
