Candil de la Calle

Marchemos el sábado

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Permitir una injusticia significa abrir el camino a todas las que le siguen.

Willy Brandt

Verónica Cruz Sánchez, directora del Centro Las Libres (Foto: Archivo)

Una marcha, una veladora y una flor blanca.

Hay una convocatoria que concierne a la conciencia social para el próximo sábado 21 de septiembre en varias ciudades del estado, una marcha, varias marchas por la erradicación del feminicidio.

Para exigir al gobernador Miguel Márquez Márquez que se admita, de una buena vez, una declaratoria de Alerta de violencia de género, pues más de cincuenta mujeres han sido asesinadas este año.

O más claro, se ha sabido de más de cincuenta asesinatos de mujeres en el estado durante el 2013.

Baste señalar que las comisiones, consejos, reuniones y anuncios de funcionarios encabezados por el gobernador Miguel Márquez para divulgar el respeto que se les tiene a las mujeres en Guanajuato, hasta ahora no han servido.

Porque a las mujeres se les sigue asesinando en este estado.

Se les sigue golpeando.

Se sigue ejerciendo violencia física, emocional, económica en su contra.

Entre el mes de marzo, cuando la organización civil Centro Las Libres solicitó sin éxito la declaratoria al Sistema nacional para prevenir la violencia hacia las mujeres (que encabezan la Secretaría de Gobernación y el Instituto Nacional de las Mujeres) y el mes de septiembre, el número de asesinatos de mujeres se duplicó.

La iniciativa de efectuar estas marchas surgió en el Centro de Derechos Humanos “Raúl Vera” de Acámbaro, y se ha extendido a otras organizaciones civiles como el propio Centro Las Libres.

Pero lo extraordinario ha sido la suma de individualidades, mujeres y hombres que han asumido la convocatoria como propia y hacen preparativos, organizan y convocan.

En Guanajuato capital, se marchará a partir de las 5:00 de la tarde de la Plaza Allende a la Alhóndiga de Granaditas.

El feminicidio es un delito de reciente tipificación en el Código Penal del estado (un par de años) y recientemente se aprobó una modificación para precisar algunas circunstancias o condiciones que inciden en esta descripción.

Esto dice el artículo 153-a del Código Penal estatal al respecto:

“Habrá feminicidio cuando la víctima del homicidio sea mujer y la privación de la vida se cometa por razones de género, considerándose que existen éstas, cuando ocurra alguno de los siguientes supuestos en agravio de la víctima:

I. Que haya sido incomunicada;

II. Que haya sido violentada sexualmente;

III. Que haya sido vejada;

IV. Que se le hayan infligido lesiones o mutilaciones, infamantes o degradantes aúnrespecto del cadáver;

V. Que haya existido amenazas, acoso, lesiones o violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar o cualquier otro que implique supra o subordinación del sujeto activo en contra de ella;

VI. Que exista o haya existido con el activo relación íntima, de convivencia, de confianza, noviazgo, parentesco, matrimonio o concubinato; o

VII. Que su cuerpo sea expuesto o arrojado en un lugar público”.

De acuerdo con la legislación actual, el feminicidio se castiga con la misma pena que un delito calificado, con veinticinco a treinta años de prisión y de 250 a 350 días de multa.

Para nuestra desgracia, el mensaje no llega. Mujeres en el territorio guanajuatense siguen siendo asesinadas en alguna de las circunstancias anteriormente descritas. En su mayoría, por sus esposos, parejas, ex parejas, o sus cuerpos encontrados en arroyos o baldíos.

Algunas de las mujeres asesinadas recientemente fueron atacadas por vecinos o delincuentes que sabían que vivían solas y guardaban dinero o bienes.

Todo esto manda un mensaje, el de la impunidad.

Qué importa que se asesine a una mujer, o el propósito del asesinato.

Nada o casi nada pasará.

Así que hay que enviar el mensaje contrario.

Ese Ya Basta que nos urge como país para poner un alto a tantas cosas.

Marchemos el sábado 21 en Acámbaro, en Irapuato, en León, en San Miguel de Allende, en Guanajuato.

Marchemos.