Una Colorada(vale más que cien Descoloridas)

IRA ¿Furia?

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La humanidad del siglo XXI enfrenta toda una gama de situaciones predisponentes a la aparición de enfermedades físicas y emocionales. Los nefrólogos atienden la insuficiencia renal aguda (IRA), provocada en muchos casos por la constante aspiración de contaminantes del aire o su ingesta hasta en el agua. Por su parte los neumólogos también deben lidiar con las IRAS (Infecciones respiratorias agudas), sobre todo en población pediátrica o geriátrica. Pero quizá la ira más común en el mundo moderno es aquella que impide a la persona conectarse de manera racional y calmada con sus verdaderos sentimientos.

Todos en algún momento nos hemos sentido irritados porque estas conductas son a fin de cuentas una respuesta normal del ser humano cuando se siente amenazado o frustrado. El niño reacciona iracundo cuando ve venir un regaño o castigo; el empleado llega todos los días enojado si hay cambio de gerente, ante el temor de quedarse sin trabajo y en general ante cualquier tipo de cambio —de casa, de empleo, de situación social por matrimonio o divorcio—, el temor a la pérdida hace al individuo reaccionar colérico en algún momento del proceso. ¿La furia de la adolescencia tendrá que ver con el agotamiento de un estado de protección total que implica la infancia? ¿Será el miedo la causa directa del enojo en el moribundo o sus familiares cercanos? Sea cual fuere el motivo de la ira emocional, Ésta es normal si no se pierde la capacidad de comprender las causas internas o externas que la propician

Las estadísticas de: secuestro, extorsiones, homicidios, robos en casa habitación, trata de personas, etc. a la par del conocimiento de casos cercanos —por amistad, familiaridad o simple convivencia de vecinos o de trabajo— producen miedo y el posible daño de mecanismos para compensar la carencia de seguridad. Una persona iracunda habla fuerte, es poco asertiva en lo que hace y dice y con ello se aleja del estímulo que le produce intranquilidad. ¿Cuántas veces ha terminado furioso después de hacer una cola inmensa para pagar su predial, hacer un cambio de domicilio en el SAT o reclamar ante la CFE la realidad de un servicio muy deficitario y caro?

Mientras estas reacciones de enfado no se hagan recurrentes y constantes a grado tal que la furia lo convierta en una persona incapaz de expresar sus sentimientos si no es a través del enojo, la ira puede considerarse normal. Sin embargo se convierte en un problema si todo el comportamiento —hacia un familiar, amigo, compañero o gobierno— sustituye con cólera —expresa o encubierta— su propia inseguridad, baja autoestima, soberbia, egocentrismo e impaciencia. ¿Es Usted o conoce a alguien cuyas relaciones son siempre superficiales o basadas en el dominio? ¿La necesidad de obediencia del otro —hermano, tío, abuelo, delegado, sindico o gobernador— le hace demandar obediencia de manera amenazante? Si el amenazado responde con calma, eludiendo la confrontación y en caso necesario organiza una respuesta madura y congruente, el que en realidad es emocionalmente enfermo, aumentará su frustración y acusará al otro de lo que él mismos padece: “te vas quedar solo”, “eres un conflictivo”, “tienes que cumplir o te encarcelo”, “yo tengo la verdad revelada”, “que no te engañen”, “la ley me da autoridad” y toda una retahíla de pseudo argumentos incapaces de acabar con la culpa, el remordimiento y el propio aislamiento.

¿Sabe de algún líder empresarial o político, cuya impaciencia, falta de empatía y creencia de poseer la verdad absoluta, genera y hasta provoca en otros la ira? Los medios manipuladores por excelencia dan consejos de boticarios para aliviar la hipertensión, los dolores de cabeza, la depresión, el estreñimiento, la diarrea y en general toda una gama de afecciones en el sistema gastrointestinal, que se incrementan o disminuyen en relación directa al buen o mal manejo de la ira. ¿Cuántos accidentes conoce que se han dado luego de un episodio de furia violenta? ¿Conoce familiares que dejaron de relacionarse desde hace décadas, luego de una respuesta iracunda? ¿Se salió del club, partido en que siempre militó y se enemistó con su nuera, después de que alguien le respondió con enojo?

Si bien este estado emocional es de intensidad variable —desde una irritación leve, hasta la furia violenta— los responsables de la felicidad de una nación deberían tomar consciencia de sus resultados en términos de aumento de adrenalina, taquicardia, asma y por supuesto reacciones inmediatas o reprimidas, que quizá estén en la base de la organización de grupos de autodefensa, guardas emergentes o familias desintegradas. Más que culpar al otro, el camino es trabajar la ira. Del funcionario frustrado porque no logra que sus medidas sean populares, del pueblo enojado por la exclusión, la mediocridad y la ineficacia de leyes y gobiernos que no las cumplen. Si un familiar es o ha sido mala influencia para alguno de tus hijos, en vez de agredirlo, sepáralo con inteligencia[1].

No podemos evitar la pérdida de la vida de un enfermo, pero sÍ está en nuestra mano el conservar nuestra paz, nuestra ecuanimidad, nuestra esperanza, nuestro horizonte.

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[1] Impulsa el deporte en tus hijos o nietos; niega acceso de visita del tío, vecino o compañero que sospechas es nocivo; pon bajo llave el alcohol que hay en casa o de preferencia no tengas alcohol, propicia la relación con amigos constructivos etc.