Pensamiento político por excelencia
La importancia que tiene en la vida del ser humano el hecho de conocer la historia que lo precede está justificada con el hecho de que ésta refleja los más grandes errores que la humanidad ha cometido y ésta ha de conocerlos con el fin de no repetirlos.
La historia la protagonizan seres que tarde o temprano estuvieron dotados de poder o lucharon y murieron en el intento por encontrarlo; sólo esto pues resume las múltiples situaciones políticas del mundo: una lucha por el poder; todo liderazgo implica un irresistible poder al que muchos aspiran pero no todos son capaces de hacer lo necesario para conseguirlo.
Uno, sino es que el principal catedrático a lo que a poder político se refiere, fue Nicolás Maquiavelo; quien vivió sirviendo a la realeza desde la milicia hasta la cancillería; pero no fueron sus actos en sí lo que hasta ahora corona a Maquiavelo como el máximo ejemplo de ideología política; sino su pensamiento, pues éste se caracterizó por abrir el camino hacia la edad moderna y la reestructuración social.
Maquiavelo se declara en sus escritos como partidario de la república, tomando como fundamento la organización de la república romana; pues de esta manera los dos espíritus de toda comunidad (el del pueblo y el de los grandes gobernantes) estarán conciliados y no habrá conflicto público porque ambas partes son partícipes del poder. Todos estos argumentos se hallan expuestos en su primera publicación literaria, Discursos sobre la primera década de Tito Livio.
Sin embargo en su más conocido y famoso texto, El príncipe, muestra y expone con suficiente claridad cómo es que debe ser dirigida la monarquía perfecta; este texto tenía como finalidad enseñarle a Lorenzo de Médici cómo se debía gobernar.
Esto nos refleja que Maquiavelo no era un idealista político; sino un teórico argumentador y observador objetivo e imparcial; capaz de emitir opiniones certeras, claras y firmes, quizá bastante libre de visceralidades.
La idea principal de Maquiavelo puede resumirse en la conocida frase que de hecho se le adjudica la autoría “el fin justifica los medios”; pues lo que este teórico defiende es el orden social y las virtudes que debe tener un gobernante que pretenda ser capaz de mantener ese orden. El deber principal, dice él, debe ser que el gobernante sea capaz de renunciar a una actitud despótica y pueda concederle libertad al pueblo, pues al fin y al cabo el pueblo es la mayoría y está en ellos la capacidad de decidir qué pasa con el gobernante.
Parte esencial de las reflexiones de Maquiavelo han sido base y sustento para el desarrollo de las teorías políticas actuales e incluso de la praxis política a nivel mundial, es por eso que la capacidad de análisis, objetividad y claridad con las que este hombre fue capaz de decir lo que observó acerca del comportamiento humano y su necesidad de orden a través del poder, lo mantiene vivo hasta nuestros días a pesar de la densa barrera temporal que lo separa de nuestra era.
