Guanajuato firma convenio de colaboración con la ONU

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Guanajuato, Gto. 17 de febrero de 2014.- Con la firma, por parte del gobierno del estado, del convenio de colaboración para impulsar el Código Naranja, Guanajuato podría convertirse en ejemplo a nivel nacional y su experiencia podría ser llevada a otros países, afirmó la Coordinadora Residente del Sistema de Naciones Unidas y representante del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México, Marcia de Castro.

La representante de la ONU y el gobernador de Guanajuato (Foto: Especial)

La representante de la ONU señaló que los 10 instrumentos (entre leyes y códigos) que enmarcan las propuestas de la administración estatal para incidir en los temas de atención integral a las mujeres permitirán marcar la pauta en relación al manejo de estas situaciones. Sin embargo, advirtió que para lograrlo deben observarse mejoras notables en tres vertientes del desarrollo humano, que tienen que ver directamente con el ingreso, la educación y la salud.

Marcia de Castro expuso que Guanajuato está en la posición 22 en la tabla de los estados del país con el nivel de educación media superior, y que les “preocupa que en promedio la escolaridad de las mujeres sea claramente menor que la de los hombres, en especial en el nivel medio superior; porque menos de la mitad de las mujeres con educación básica concluyen sus estudios”.

Asimismo explicó que la superación de ese estado de cosas pasa por retomar un programa muy focalizado que se aplicó en el sexenio pasado a nivel federal conjuntamente con la Secretaría de Educación Pública, orientado a subsanar o atender 4 problemas que son el bullying, la violencia en las escuelas, los embarazos en adolescentes y las agresiones.

En tal sentido recomendó: “hay que invertir en educación”, para que puedan tener una vida plena libre de violencia y con todos sus derechos, al tiempo de señalar que más de 6 mil planteles de educación básica podrían participar en este programa.

La violencia en contra de las mujeres es el segundo tema que preocupa al organismo internacional, un problema que regularmente empieza en casa, aunque reconoció que incidir al interior de los hogares resulta altamente complicado, por los roles culturales que hay en las propias familias. “El tema de la violencia es muy complejo de sanar, porque tenemos que empezar dentro de nuestros hogares y cuestionar el rol que cada integrante desempeña”, señaló para terminar.