Una Colorada(vale más que cien Descoloridas)

Más de 100 años

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(Foto: Especial)

Tal cual lo aprobaron los países asociados en la Organización de las Naciones Unidas, el próximo sábado el mundo celebrará el Día internacional de la Mujer. Muy pocos serán informados del origen de esta celebración en agosto de 1910, cuando la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, reunidas en Copenhague, propuso el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora[1]. Entonces solo cuatro países —Alemania, Austria, Suiza y Dinamarca— se sumaron a este propósito de alcanzar una sociedad más justa colocando a hombres y mujeres en el mismo nivel de derechos laborales —salariales, de oportunidad, de capacitación etc.— en suma lograr el empoderamiento femenino y la igualdad de género. El lema propuesto por la agencia de mujeres dentro de la ONU para el 2014 es: “Igualdad para las mujeres y progreso para todas”; sin embargo en el día a día, con todo y las festividades y discursos que habrán de pronunciarse toda la semana y en algunos lugares hasta el 30 de este mes, millones de féminas de la aldea global continúan excluidas del progreso por razón de edad, raza, ubicación geográfica, exclusión política y lo que es innegable diversas formas de violencia ejercida por patrones, padres, suegros, hermanos, cónyuges, hijos o nietos.

Debo señalar que el uso del masculino en el último renglón lo hago en estricto apego a las reglas de la Academia de la Lengua —incluye a hombres y mujeres— pues considero errónea la tendencia de enfrentar a los sexos para el logro de una lucha y, más aun, reconozco la tendencia machista en un buen número de mujeres que han logrado el poder, bien sea por su circunstancia financiera, de acceso a puestos políticos —en partidos, congresos o gobiernos— o de edad. Hecha esta precisión, es menester que además de la fiesta reflexionemos en el hecho de que aun con las cuatro conferencias mundiales sobre la mujer, los días nacionales, regionales o internacionales que se han decretado —por ejemplo el 25 de noviembre para erradicar toda forma de violencia— para reforzar la reivindicación femenina, algo en la esencia de la relación humana sigue germinando en contra de quien Mahatma Gandhi dijo “La mujer es la compañera del hombre, dotada con la misma capacidad mental… Si por fuerza se entiende poder moral, entonces la mujer es infinitamente superior al hombre… Si la no violencia es la ley de nuestro ser, el futuro está con las mujeres…”

Para personas de nivel emocional “maduro” no hacen falta decretos, leyes o cambios constitucionales que les obliguen a respetar a las mujeres, lamentablemente no son excepción los casos de perpetradores de maltrato focalizado contra las damas. En diversos estudios a nivel mundial se ha detectado que el maltrato psicológico es el que más sufren las mujeres[2] seguido por los extremos del físico y el sexual. Este tipo de maltrato, que nulifica cualquier derecho como los que celebraremos el próximo sábado produce: angustia, pena, estrés, sentimientos de inseguridad o baja autoestima en las víctimas, que igual son cónyuges, novias, abuelas e incluso hijas. Contrariamente a lo que pudiera pensarse, no son solo las mujeres de niveles de marginación obvia —pobreza, deficiencia académica, migrantes— las mártires de esta violencia tan poco detectable, pues también universitarias[3], e incluso altas funcionarias han caído en las “garras” de personas sutilmente perversas que terminan esquilmándoles sus bienes y también arrancándoles su vida.

La mayor dificultad para erradicar esta violencia —ampliamente regulada en leyes y estudiada por diversos especialistas de la materia— es que proviene de sujetos de los cuales se espera protección, cuidado y respeto. Tales perpetradores, casi siempre “se salen con la suya” pues aíslan a la víctima —feligrés, hija, ayudante de oficina, pareja, etc. — de sus amigos, familiares o grupos e individuos que pueden ayudarla a pensar con claridad. Una vez logrado el aislamiento —que en algunos casos es incluso físico al cambiar la residencia a otra ciudad o país— la víctima aumenta su dependencia del maltratador psicológico, que con frecuencia es extremadamente envidioso y posesivo.

Para estar acorde con la celebración, muchas de las revistas dirigidas a mujeres publicarán ejercicios pseudo psicológicos donde “si contestas afirmativamente a algunas de las preguntas”, sufres maltrato psicológico ¿Te ridiculiza cada vez que abres la boca? ¿Te humilla y critica? ¿Destruye tu autoestima? ¿No te deja trabajar? ¿Convierte a tus ayudantes domésticos en tus celadores? ¿Te obliga a tener sexo aun cuando te sientas enferma? ¿Prefieres ceder porque le tienes miedo? ¿Publicará todo lo que sabe de tu intimidad? ¿Si no le das algo de tu pensión te meterá a una institución? son algunos cuestionamientos que leerán jovencitas adolescentes, mujeres de las tercera edad, secretarias eficientes, compañeras escolares y hasta esposas que asistirán este sábado a celebrar el Día Internacional de la Mujer quizá al lado de un padre, esposo o “protector” de cualquier rango que le ha endeudado, aislado e incluso difamado, como una forma de controlar a quien supone es de su propiedad. Celebra este Día de la Mujer ofreciendo orientación a una amiga, alumna, compañera que veas en las garras de un maltratador emocional, que casi siempre es encantador en público pero de temperamento explosivo activado con pequeñas frustraciones en la intimidad del hogar, el aula o la oficina. No dejes de considerar que estos sujetos por lo general son enfermos, mienten, se creen sus falsedades y desarrollan una gran capacidad para engañar a otros a los que convierten en cómplices inconscientes del maltrato emocional, casi siempre en contra de una mujer.

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[1] El antecedente más remoto fue un 8 de marzo de 1857, en NY, cuando un grupo de trabajadoras textiles tomó las calles para protestar por la condiciones laborales a las que eran sometidas; después en 1908, en la misma ciudad una huelga reclamando igualdad salarial así como reducción de jornada y permiso para amamantar a sus hijos. El incendio de la fábrica Sirtwoot Cotton como respuestas a la huelga, fue quizá la piedra de toque para las 100 mujeres reunidas en la conferencia socialista.

[2] El 37.2% de las mujeres chilenas que han tenido una relación de convivencia reconoció haber sido víctima de violencia psicológica, contra el 24.6% de violencia física menos grave, el 15% violencia física grave y el 15.6% violencia sexual. (Encuesta de violencia intrafamiliar, 2008)

[3] ¿Puede imaginar una señora con tres carreras, seis idiomas, amplio nivel de experiencia vivencial en diversos escenarios mundiales, aceptando someterse —consciente o inconscientemente— a la sutil manipulación que le ocasiona agresión a la dignidad, confusión en la identidad, y falta de respeto a su autonomía?