Una Colorada(vale más que cien Descoloridas)

Contaminación Hídrica

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(Foto: Especial)

Morir enfermo o morir de sed parece ser el gran dilema de personas cuyo suministro del vital líquido es envenenado. Ante la indiferencia, noticias que ya están en el rango de bumerang y provocan el rechazo de la audiencia, calamidades como el derrame de millones de litros de químicos usados por las compañías mineras en México, se convierte en nota que debiera mover a los responsables del manejo del agua en nuestro país, no a legislar y enredar, sino a aplicar las leyes con estricto apego a la norma y sin ausencia de sentido común.

En un mundo donde el mayor valor parece ser el dinero, reconocer que una de las minas propiedad de capitalistas transnacionales contaminó los ríos Bacamichi y Sonora[1], parece misión imposible, siendo más “práctico” para estos delincuentes ambientales intentar distraer a los televidentes con un comentario sesgado acerca de la obtención de la nacionalidad canadiense de un líder sindical, cuyos enemigos son justamente este tipo de millonarios “hombres de presa”. ¿Por qué apenas ahora se toca de manera tangencial el tema cuando hay señalamientos internacionales acerca de que casi el 70% de las aguas superficiales de nuestra sufrida nación son tóxicas a causa de las descargas industriales y la basura municipal? ¿Bastará con cerrar 700 pozos en Sonora y hacer el agosto de los embotelladores repartiendo agua? En Puebla —Río Atoyac—, Veracruz —Río blanco— y los dos más grandes de Tabasco, se pueden encontrar elementos tóxicos como mercurio, cadmio, cromo o plomo. ¿No les basta a los de CONAGUA el pútrido olor, el turbio color, la apariencia espumosa y la ausencia de flora y fauna en las inmediaciones de estos cuerpos de agua superficial?

Universidades, ONG’s, incluso empresas responsables, coinciden en hechos como que: las descargas industriales implican 340% más contaminación que las aguas residuales municipales. ¿En donde se perdió la voluntad política para poner coto a la contaminación industrial que con solo invertir parte de su ganancia podría disminuir, las consecuencias de metales pesados, fluoruros y compuestos orgánicos persistentes (COP’s) o volátiles (COV’s)? ¿Qué hacen los diputados de la comisión especial para la cuenca Lerma-Chapala-Santiago y cuáles son los resultados de los escasos inspectores de esta vital fuente? ¿Se cumplirán las normas regulatorias y se logrará una política de cero descargas para el 2020?

Según informes de organismos internacionales, a consecuencia del cambio climático, la contaminación, la construcción de presas y represas y en muchos lugares el entubamiento de lo que fueron ríos, sin planificación global están dando como resultado la “muerte» de los principales proveedores de agua dulce. Por estas causas y también por la sobre-explotación de los afluentes superficiales o subterráneos, más de la mitad de los 500 ríos del mundo están en condiciones de contaminación o extinción. Entre los diez ríos más contaminados del planeta se ubican en China: el Salween nace en el Tibet, cruza por Yunnan; en Asia, el Yangtze el más largo de esa región con casi 600 Km en “estado critico”[2]

Las aguas de los pozos ubicados a lo largo del río Mekong —atraviesa Laos, Camboya y Vietnam— contaminados por arsénico —como lo que se derramó en Sonora—, a largo plazo son causantes de cáncer de piel, no solo por el consumo directo sino por su uso para regar arrozales o comercializar agua embotellada.

En Europa la cuenca del Danubio arrastra aguas residuales o del drenaje, pesticidas y químicos sin tratamiento algunos de ellos derramados en 1999, luego de los bombardeos de la OTAN a las fábricas serbias.

En nuestro continente, el Río de la Plata y el Bravo o Río Grande[3] están dentro de los 10 más contaminados en la tierra. Este último siendo una de las cuencas más grandes de los Estados Unidos ha contribuido en mucho al aumento de la desertificación en el norte de nuestro país. Y bueno, el Ganges y sus diversos afluentes como el Hoogli cerca de Calcuta, es vertedero con restos de cremaciones humanas, esqueletos de animales y desperdicios fabriles, compite en grados de contaminación con el Indo —el principal río de Pakistán y Afganistán— que como todos los originados en glaciares tiene el riesgo de morir por el cambio climático.

En África, también el Nilo —con 6,700 kilómetros y su cruce por 7 naciones de ese continente— sufre la alarmante extinción de 30 de las 47 especies de peces que en ahí existían además de la disminución de su tierra fértil por los sedimentos atrapados en los diques, así como la porquería que sin tratamiento arrojan hoteles y comercios dedicados al turismo que son parte de su contaminación.

¿Le parece lejano Australia? Pues deberíamos poner las barbas a remojar, ahí también el sistema Murray-Darling se encuentra amenazado por la introducción de especies —vegetales[4] y animales sobre todo acuáticas— ajenos a la región, de modo que si esperamos evitar que se nos incluya en esta lista de los afluentes más contaminados, ojala que cuidemos, mediante la prevención, ríos como el Usumacinta y el Grijalva —son las cuencas más importante de México[5] — evitado utilizarlos como basureros; porque sí, mucha de nuestra población es descuidada y sucia; pero es responsabilidad del gobierno desarrollar programas y acciones tanto para educar como para evitar que esto ocurra por ejemplo en Tabasco y estados aledaños donde para fortuna nuestra se ubica la segunda zona de más lluvia en el planeta.

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[1] A diez días del incidente en la mina de Buenaventura del Cobre en Cananea, los pobladores de Arizpe, Ures, Hermosillo, San Felipe de Jesús, Aconchi, Baviácora, Banámichi, carecen de agua potable.
[2] Según la WWF, organización ecologista internacional, este río recibe cada año 14.200 toneladas de agua contaminada, equivalentes al 42% del total desaguado en todo el país. Pesticidas, fertilizantes y escapes de los barcos de pasajeros figuran entre los principales contaminantes, especialmente en la zona de la presa de las Tres Gargantas.
[3] Son más de 100 presas las que se han construido a lo largo de este afluente en territorio norteamericano.
[4] El Valle de México es uno de los lugares más críticos ya que se detectó que la sobre-explotación del acuífero es del 500 %. Y a ello contribuyen árboles, como el hule, el eucalipto y otros que deberían ser sustituidos por frutales de cada región.
[5] México tiene una realidad hídrica complicada ya que posee alrededor de 653 acuíferos en todo el país y más de 104 se encuentran en estado de sobre-explotación, lo que pone en peligro el suministro de agua de varias ciudades y pueblos. No solo por la escasez de agua sino por la contaminación de la misma por el sector agroindustrial, basura de todo tipo y residuos cloacales.