Histomagia

Mineros somos

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Mina de Bolañitos (Foto: Archivo)
Mina de Bolañitos (Foto: Archivo)

 

Amar la ciudad en que vives es una de las formas para definir nuestra identidad. Guanajuato es una de las pocas ciudades en que de repente te ves envuelto en un mar mágico que cuenta historias sin querer. Los mineros son tan representativos de aquí, que al llegar está la Glorieta de los Mineros que representan una estampa de la vida cotidiana, del trabajo arduo que hacen diariamente y que en la actualidad ya se realiza con maquinaria sofisticada. Cuando estás en esta ciudad, volteas, reconoces la vida de misterio que deben de vivir los guanajuatenses, miras alrededor y la vida minera está presente. El descubrimiento de las ricas vetas de plata en el Real de Minas de Santa Fe en Guanajuato, hizo que la explotación en gran escala formara lo que actualmente es. Diversidad de lugares hablan de su historia gambusina: minas reconocidas como la de la Valenciana que en su momento produjo muchísima plata, y algunas Haciendas de Beneficio. En ellas se llevaba a cabo la extracción y purificación de plata mediante el “beneficio” del azogue (mercurio),  eran los lugares donde se juntaba todo el mineral antes de ser procesado y que con el desecho de las minas llamados jales (especie de lodo que con el paso del tiempo se solidifica y hasta se puede construir sobre él)ha logrado transformar el paisaje, pues colonias nuevas, campos deportivos y demás se han construido sobre ellos.

En la antigüedad, cuentan los que entran a las entrañas de la tierra, que para saber si era seguro adentrarse en la veta, metían una jaula con un pajarito, si sacaban la jaula con el animalito vivo, era seguro y explotaban la veta. Los trabajadores indígenas entraban con sus mecapales (utensilio de lazo forrado de tela que se ponían en la cabeza, que colgaba por la espalda en donde amarraban un costal o canasto para sacar el mineral de las minas) y cargaban en sus espaldas el mineral.

Hoy existen minas ya sin explotar y, pese a que ya ha disminuido la producción, recientemente se ha reactivado con la compra de algunas minas por empresas canadienses. Sin embargo, el trabajo de minería siempre ha sido uno de los más peligrosos. Los accidentes que han sucedido en las minas van desde el desprendimiento de miembros hasta el aplastamiento por algún derrumbe o piedra en solitario. Horrible muerte. La enfermedad de los mineros aquí le llaman: “cascajo” que es el expulsar por la boca y la nariz los pulmones poco a poco causando una muerte irremediable.

Muchas de las anécdotas hablan de fantasmas o cosas paranormales que suceden allá abajo. Como el que cuando van caminando por los túneles les avientan piedrecitas en su cuerpo, no, no caen piedritas, sino que sienten y ven que les caen a la altura del pecho, sin encontrar explicación lógica alguna. O como cuando un ingeniero que no creía lo que le decían sus subalternos de no entrar a un determinado túnel de cierta mina porque ahí espantaban, entró y, al ir caminando tranquilamente, siente que lo tocan, que le posan una mano en su hombro, él voltea para ver quién es y, aunque siente la sensación y el peso de la mano extraña, al voltear no ve nada. Dicen que salió tan asustado que no quiso ya entrar a ese sector nunca más. Otras cosas que suceden son ruidos extraños, lamentos que se escuchan pidiendo ayuda, o el que los agarren de una de las botas para impedirles caminar, que los tiren en los desagües laterales de los pasillos, o de plano que los mineros, si hay un aplastamiento, se queden solos a esperar a que llegue la ayuda y ver cómo el cuerpo se mueve sin razón aparente, pues ya están muertos, y escuchar voces que les piden rezar por ellos.

No, si vivir la minería en Guanajuato, va desde conocer la diversidad de piedras que se sacan de las minas, pero también es conocer y reconocer el trabajo que los mineros han hecho y que le han dado un lugar en el mundo a Guanajuato.

Ahora ya conoces otra visión más espectral de lo que hay en las entrañas de esta tierra que es mágicamente fantasmal. Acá el dicho se transformaría de: Arrieros somos y en el camino andamos a “Mineros somos, y en las profundidades de las sombras, en un lugar mágico, nos encontramos”. Pero no me creas, mejor ven, escucha, lee y anda Guanajuato.